18 de abril de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Bola de Nieve: leyenda musical cubana

La singularidad de su voz y la naturalidad de su canto continúan suscitando la admiración de quienes aún lo escuchan y evocarlo en cada canción es perpetuar fervientemente a quien constituye una de las más representativas figuras de la cultura cubana.

La singularidad de su voz y la naturalidad de su canto continúan suscitando la admiración de quienes aún lo escuchan y evocarlo en cada canción es perpetuar fervientemente a quien constituye una de las más representativas figuras de la cultura cubana.

Nacido entre las tradiciones musicales y folklóricas de la habanera ciudad de Guanabacoa, el 11 de septiembre de 1911, Ignacio Jacinto Villa y Fernández, más conocido como Bola de Nieve, coqueteó en sus inicios con la pedagogía, la filosofía y las letras, hasta encontrar su verdadera vocación en el universo sonoro.

Descolló entonces sus dotes de pianista deleitando a múltiples espectadores del cine Carral, de su ciudad natal, el cabaret La Verbena, de Marianao, así como el Roof del Hotel Sevilla, tanto en solitario como con la Orquesta de Gilberto Valdés, la soprano Zoila Gálvez y la inolvidable Rita Montaner, respectivamente.

Junto a esta última llevó temas identitarios de la cultura antillana como El manisero o Canto Siboney a escenarios de Estados Unidos y México, donde se hizo eco en la palestra pública y amenizó con su arte en Argentina, Chile, Perú y disímiles ciudades de España, que atestiguaron su evidente destreza musical.

Mantuvo en CMQ Radio el programa Gran Show de Bola de Nieve en 1950, donde además fungía como director de orquesta y entre 1951 y 1959 continuó sus giras internacionales llegando al Chez Florence de París en 1951; Copenhague en 1953; el Salón de las Américas, de la Unión Panamericana de Washington en 1956, así como Niza, Roma, Venecia, Milán y Dinamarca, entre otros.

Pese a que la popularidad del intérprete continuaba en aumento internacionalmente, la realidad nacional era distinta y, mientras la prensa foránea lo calificaba de «maestro de la canción cubana», una selección anual de los artistas más destacados de la Isla lo incluyó en su categoría de «excéntrico nacional» y no fue hasta 1960 que por primera vez una disquera, en este caso Sonotone, se interesó en su trabajo musical y lo invitó a grabar en La Habana.

A partir de 1961, realizó giras por Checoslovaquia, Unión Soviética y República Popular China. Posteriormente fue contratado para presentarse en el restaurante mexicano Cardini Internacional y actuó, paralelamente, en los programas televisivos Revolución Musical Nescafé y Variedades Gerber Silvia. De regreso a Cuba ofreció un recital para los delegados al Encuentro Rubén Darío, organizado por la Casa de las Américas y formó parte de la delegación cubana a la Expo’67, en la ciudad de Montreal, Canadá.

De baja estatura, labios pronunciados, un estilo muy personal, ingenio y singularidad en su forma de comunicar e interpretar y un vasto y evidente dominio cultural que lo dotó de facilidades para cantar con fluidez en inglés, francés, catalán, italiano y portugués, la voz de Ay, Mama Iné, Chivo que rompe tambó, El dulcero, Mesié Julián, No puedo ser feliz y Si me pudieras querer, entre otros temas, falleció en México el 2 de octubre de 1971 y la Historia inmortalizó desde entonces a quien, según Andrés Segovia, «más que impresionar, le interesó expresar, tocar la sensibilidad del que escucha, y en eso, quizás, se encierra el misterio de su arte, su magisterio artístico.»

1 comentario en «Bola de Nieve: leyenda musical cubana»

  1. Magistral criterio de otro Maestro, Andrés Segovia, el Bola, «más que impresionar, le interesó expresar, tocar la sensibilidad del que escucha, y en eso, quizás, se encierra el misterio de su arte, su magisterio artístico.». Alguna vez dijo que él cantaba «con voz de gente» y en esa explicación se encerraba, no solo el misterio de que, con voz normal, llegara al público con mayor intensidad que muchos «cantantes» con voz de trueno y registro de tres octavas, fue la expresión sinérgica de la cubanía, la musicalidad, el buen gusto y el carisma, de la Cultura llevada a la máxima expresión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Captcha *