Homenajes de Feria en Matanzas
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A Julio Travieso Serrano y Araceli García Carranza se dedicaron en la mañana del domingo los últimos paneles del programa central de la Feria Internacional del Libro en Matanzas.
Sobre el autor de El polvo y el oro, la ensayista, crítica e investigadora Cira Romero apuntó que no es un escritor solitario y con su obra y su quehacer lo ha demostrado. Resaltó el quehacer de Travieso Serrano en las luchas cubanas contra la tiranía antes del 59.
En esta, su novela más trascendental en mi opinión, dijo, la utilización de los planos cruzados desde el recuerdo y el presente cuenta la historia de seis generaciones en 200 años. Más que una novela histórica es una historia novelada donde se dan paso temas como el odio, el mito, la venganza, la transculturación.
Al abordar un libro singular, como calificó Virgilio López Lemus el Cuaderno de los disparates, advierte en el Premio Nacional de Literatura a un sagaz narrador. Valora el texto como un volumen reflexivo, inquietante e inquietador en el que la política, la ética, los elementos teológicos que aparecen en muchos de sus libros y la historia se alternan en una propuesta humorística que no quiere ser solo humor.
Lincoln Capote, por su parte, ahondó sobre los diez cuentos que habitan en A lo lejos volaba una gaviota e Israel Domínguez le prosiguió para significar la obra de Julio, cuya trayectoria literaria alcanza los 16 libros al decir de los panelistas, en cuanto a la traducción.
En un segundo momento, durante el coloquio dedicado a Araceli García Carranza, intelectuales como Urbano Martínez Carmenate y Alina López significaron la vocación de servicio, la nobleza y la entrega a una disciplina a veces no tan bien valorada de la bibliógrafa, cuya labor, confesaron, es fundamental para los investigadores. “Hay que elevar el alma para acercarse al alma de una mujer limpia como Araceli”, sostuvo Virgilio López Lemus.
Tres libros de la autoría de una de las homenajeadas en la Feria del Libro: Cintio Vitier en su centenario. Bibliografía completa, El saber como pasión y Un camino hacia Carpentier.
La Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas agradeció tantas palabras de elogio, “que no esperaba ni merecía”, agregó. En su intervención sintetizó la importancia de la labor de los bibliógrafos cubanos que la antecedieron y argumentó que “esta Feria también está dedicada a ellos y a la Biblioteca Nacional”, institución a la que siente suya.
A seguidas, las instituciones culturales de la provincia se sumaron a los reconocimientos, entre ellas, el Centro provincial del Libro le entregó una placa en recordación del homenaje de Matanzas en la ocasión, la Dirección provincial de Cultura le otorgó su máxima distinción, la Tórtola y la biblioteca Gener y Del Monte le concedió el premio Autora de Matanzas. La Universidad se sumó al agasajo.
