19 de abril de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

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Memorias de la Crisis de Octubre

El enfrentamiento que el gobierno de los Estados Unidos y la otrora Unión Soviética (URSS) materializaron aún suscita la atención internacional, no solo por su preocupante magnitud, sino también por el posible conflicto nuclear que implicaba su desarrollo.

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El enfrentamiento que el gobierno de los Estados Unidos y la otrora Unión Soviética (URSS) materializaron del 22 al 28 de octubre de 1962 y que tuvo a Cuba como su principal escenario, aún suscita la atención internacional, no solo por su preocupante magnitud, sino también por el posible conflicto nuclear que implicaba su desarrollo.

Una vez informado el presidente Kennedy de la presencia de instalaciones de misiles nucleares en Cuba, que como parte de un acuerdo entre la mayor de las Antillas y la URSS, entonces liderada por Nikita Jrushchov, incentivaba la presencia militar de esta última en el hemisferio occidental, el cabecilla norteño ordenó la retirada inmediata del pertrecho soviético y estableció un bloqueo naval a la Isla, para socavar el envío de más armamento. Daba inicio entonces la Crisis de Octubre, también conocida en otros países como Crisis de los Misiles en Cuba y/o del Caribe.

Calificado, según especialistas, como «el más peligroso incidente internacional acaecido durante el período de la Guerra Fría», las tres naciones vivieron crecientes y violentos frenesís en aquellas jornadas, hasta que Jrushchov y Kennedy accedieron, sin contar con la dirección antillana, a retirar los cohetes soviéticos de Cuba el primero y, a no invadirla, el segundo.

La inconformidad de Fidel Castro en representación de la Revolución Cubana no se hizo esperar y planteó sus notorios Cinco Puntos, manifestando que a la eliminación del bloqueo naval habrían de sumarse el cese del bloqueo y la medidas de presión comercial y económicas del gobierno estadounidense contra nuestra Isla, así como el fin de las actividades subversivas, de invasión, violación del espacio aéreo y naval y, principalmente, la retirada de la base naval de Guantánamo y la devolución de este territorio ocupado injustamente.

Con estos puntos, el Comandante en Jefe ponderaba la soberanía e independencia de nuestra Isla sobre la base de la convivencia pacífica, el antimperialismo y el rechazo a la injerencia y prepotencia estadounidenses, aseverando además la voluntad de dialogar para hacer de la paz el mejor remedio ante esta preocupante confrontación.

Sin dudas, la Crisis de los Misiles devino momento crítico para la historia mundial y evidenció el positivo impacto de la diplomacia como solución ante conflictos internacionales de esta índole y, sobre todo, alertó a los países del orbe sobre los peligros asociados a la proliferación de armas nucleares y la necesidad de incentivar la toma de acuerdos para limitar y controlar su utilización.

1 comentario en «Memorias de la Crisis de Octubre»

  1. El próximo 22 hará 61 años de aquella tarde en que el presidente de EE. UU. JFK, habló y se inició la crisis internacional más grande desde la Segunda Guerra Mundial, la única hasta hoy que ha puesto al mundo al borde de una guerra nuclear. Pero no podemos hablar de la Crisis de Octubre como un hecho aislado, sino como consecuencia de un fenómeno amplio que inició desde mucho antes con la histórica ambición injerencista de Estados Unidos con este pequeño archipiélago del mar Caribe, y de otros conflictos paralelos de índole similar en el mundo, que en este caso también implica a la superpotencia de la, entonces, Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS. Los acontecimientos que tuvieron su punto cumbre finalizando el año 1962 favorecieron un complejo ambiente geopolítico que trascendió la región, puso, por primera vez, a Cuba en el mapa internacional, y mantuvo en vilo a la humanidad. Por otra parte, en octubre de 1962, con o sin misiles, se iba a producir una crisis en el Caribe; porque Cuba, como siempre lo había hecho, iba a defender su independencia, soberanía y dignidad nacional. EE UU tenía incluido, dentro de la operación Mangosta, una invasión militar a la isla precisamente para esa fecha. Este peligro eminente, conocido por las autoridades de la Isla y de la URSS influyó en el paso dado por los soviéticos en mayo de 1962 de proponer la instalación de cohetes nucleares de corto y mediano alcance en Cuba. El hecho de que la crisis cambiara de contenido y de hecho se produjera después de las revelaciones de Penkovski y su posterior confirmación a través de las fotografías espías de los U – 2, no cambia nuestra valoración de que fue un capítulo tenso, pero con un antes y un después, de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. La Crisis de Octubre o como también se le conoce, Crisis del Caribe, Crisis de los Cohetes o Crisis de los Misiles, confirmó fehacientemente la idea planteada por Fidel, respecto a que la defensa de la Revolución depende de la disposición y el patriotismo de sus hijos de combatir hasta la última gota de sangre, pues es indispensable pensar más en su fuerza propia que en la ayuda exterior que podamos recibir. Mediante la actuación decidida y el aferramiento a los principios del pueblo y sus dirigentes, Cuba conservó lo esencial, su soberanía y su Revolución, frente a la necesidad de hacer concesiones y retroceder que cualquier analista serio hubiera podido aconsejar. El mayor de los peligros que nuestro pueblo enfrentó en aquella prueba no fue el del exterminio nuclear, sino el de la claudicación. Esta vez no hubo Zanjón, pero fue necesaria, como entonces, la intransigencia y el coraje que hicieron retroceder incluso a los que pretendían humillarnos, imponiéndonos la inspección de nuestro territorio. Aquel no, junto a los cinco puntos, se convirtieron, así, en un Baraguá del siglo xx. Octubre de 1962 fue el climax del enfrentamiento entre EE UU y la URSS que, paradójicamente, llevó a las dos superpotencias a convenir que debían controlar y limitar sus contradicciones. Pero, considerando la peligrosa situación actual en relación con la guerra en Ucrania y su posible conversión en un conflicto nuclear, la única lección que aprendieron los norteamericanos y los soviéticos en 1962 era que debían buscar soluciones de comunicación para «enfriar» la guerra fría, incluso apareció el teléfono rojo y, sin importar personalidades actuales de un lado o de otro, ninguno, incluso Putin, tiene el calibre para obtener mejores resultados, por lo que el desenlace actual, incluyendo las pretensiones rusas, de las regiones en pugna y del resto de Ucrania, también debe pasar por la mesa de negociaciones.

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