27 de abril de 2024

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Cuando el canto se parece al oro

Aunque apenas había salido el sol, el sudor en la ligera indumentaria era señal del esfuerzo que, desde bien temprano, realizaban aquellos hombres en el sitio conocido como la Cantera Blanca, con medio siglo en explotación.

 

Aunque apenas había salido el sol, el sudor en la ligera indumentaria era señal del esfuerzo que, desde bien temprano, realizaban aquellos hombres en el sitio conocido como la Cantera Blanca, con medio siglo en explotación.

Cuando el canto se parece al oroDe espaldas al recién llegado, con un tubo a manera de palanca, uno de ellos intentaba mover un gran bloque de considerable peso. Con más habilidad que fuerza pretendía separarlo del macizo de canto, después de haber concluido el llamado corte de barreta y de banco.

Cuando advirtió la llegada del intruso detuvo la difícil maniobra, echó una mirada panorámica a la cantera y tras pasar el dorso de su mano derecha por la frente, comentó: «Más duro que picar canto no hay nada, compay, esto es bravo, solo comparable con cortar caña quemada a las 12 del día».

VIVIR DEL CANTO

Quizá como en ningún otro lugar de Cuba, en Matanzas la mayoría de las viviendas está construida sobre paredes de canto; sin duda, la modalidad constructiva más popular y menos costosa.

Es el recurso endógeno al cual recurren, habitualmente, quienes deciden construir su casa, hacer algún cierre perimetral o cualquier otro tipo de edificación. En ocho de los 13 municipios hay decenas de canteras.

También es cierto, sin embargo, que a pesar de las grandes reservas de ese mineral, la producción con miras a garantizar el plan estatal de viviendas es insuficiente.

Según Armando Falcón Hernández, funcionario del Gobierno provincial, y con muchos años de experiencia en este campo, en lo que va de 2023 los trabajadores organizados por entidades estatales han extraído poco más de 90 000 chapas de canto, apenas el 27 por ciento del plan fijado.

Ahora mismo contamos con una cifra que no supera los 50 canteros ordenados de modo oficial, cuando hace un par de décadas esa cifra era de más de medio millar, trabajadores que promediaban alrededor de 16 chapas de canto cada día, observó.

A su juicio, lo que sucede es que las canteras dejaron de recibir mantenimiento, el cantero no es atendido y no hay control ni de la producción ni del destino del producto que, en gran medida, está en manos de trabajadores por cuenta propia.

Para ilustrar las posibilidades reales que hoy no aprovecha la provincia, recordó que luego del paso de Michelle, huracán de gran intensidad que afectó seriamente el territorio en 2001, se extrajeron y pusieron a disposición de la provincia más de tres millones de chapas de canto, con lo cual fue posible, por ejemplo, levantar en su totalidad el poblado de Pálpite, en Ciénaga de Zapata, devastado por el ciclón.

«En medio de adversas circunstancias hay que admitir que el canto es oro, pues ya la provincia no recibe cemento para producir bloques. Es el elemento de pared de primera opción, no requiere de combustible, todo es manual, y únicamente hace falta gente con habilidades para cortarlo y extraerlo. Por otra parte, viene a ser como el pulmón para la estabilidad económica de la entidad en tanto se comercializa a buen precio.

«Lamentablemente, después de haber creado incluso una especie de empresa para agrupar y organizar a los canteros, dejamos que se perdieran. Y hoy las canteras son explotadas por personas que en su mayoría comercializan el canto de forma ilegal. Es decir, hay mucho desorden.

«En los últimos años, por diversas razones: la COVID-19, la no disponibilidad del combustible, la falta de buldócer… pues desistimos de darles mantenimiento a las canteras, de hacer lo que se denomina destape para buscar desarrollo».

RECURSO LOCAL DE MUCHO VALOR

Pero hay más. Se trata de un oficio muy duro, trabajoso, y a pesar de esa realidad no atendemos a los canteros, explica Hidovaldo Díaz Martínez, coordinador en el Gobierno provincial. «No se les oferta nada, y ellos demandan gomas de bicicletas, serrotes, barretas, picos, y otros muchos insumos básicos para su labor».

Precisa que ya existe un programa con el objetivo de rescatar una vez más todo este trabajo en la provincia, que incluye el mantenimiento a las canteras y la organización de quienes las trabajan para atenderlos y motivarlos, por parte de la Empresa y de los propios municipios.

Pretendemos que cada cantero entregue diariamente seis cantos para el programa de producción local de materiales de la construcción. Tendría un precio topado en beneficio, sobre todo, de los subsidios, precisó.

«Antes la provincia recibía una cuota de cemento cada año para producir el bloque de todas sus cédulas básicas y para la venta liberada. Hoy, debido a la situación del país, la asignación se limita para garantizar el bloque de las paredes del baño y de la cocina. Eso dice a las claras que estamos obligados a recuperar esta minería, recurso local escasamente explotado».

Enfatizó en que una de las aspiraciones es humanizar el trabajo de estos hombres, expuestos al fuerte sol y al polvo, sin medios de protección individual, ni la ropa ni el calzado adecuados, así como carecen de las herramientas imprescindibles para realizar su labor.

Por otra parte, Falcón Hernández remarcó que «el propósito del nuevo plan no es deshacerse de los canteros que hoy laboran sin permiso legal o no pagan impuestos. Tampoco de quienes transportan el producto hacia el interior del territorio o hacia otras provincias, sino organizar todo el proceso y lograr ordenamiento para poder atender bien a los canteros, e incrementar los niveles de producción que permitan garantizar el programa estatal de viviendas; que todos, en primer lugar, tributen a este compromiso».

En estos momentos ni siquiera conocemos el número de canteras en explotación en la provincia ni cuántas hay abandonadas, significó tras reconocer que, en ese caso, son usadas como rellenos sanitarios o basureros, generando un problema ambiental.

Aseguró que la provincia, con la producción del canto, puede reafirmar su liderazgo en el mercado de materiales de la construcción e incluso aportar ese elemento de pared a otros territorios del país.

El especialista destacó que el uso de las rocas de cantería en la provincia, por la estructura y formación geológica de esta, debería ser un hecho más frecuente, pues representa un elemento importante en la economía del territorio, sin dejar de atender la prevención de cualquier impacto ambiental.

A PESAR DEL PRECIO DEL CANTO…

El ir y venir del serrote sobre la pieza de canto para delimitar la chapa es una rutina constante y fatigosa, que requiere de mucho esfuerzo físico.

«Hay que aprovechar la fresca de la mañana, después no hay quién esté aquí con el sol de estos días, el resplandor y el polvillo blanco», dice Luis Antonio Figueredo, con más de 20 años picando canto.

«Este es un trabajo que se da mejor en solitario, pero en ocasiones uno necesita de la ayuda del otro que tienes al lado, para poder meter en cintura alguna que otra mole de canto; son muy pesadas, de verdad…».

Es impresionante ver cómo deslizan el bolo sobre dos rodillos improvisados para colocarlos convenientemente y luego separar las chapas de canto, una a una.

«Estos cantos blancos son de muy buena calidad, pero como son duros los canteros prefieren ir a las canteras amarillas, que son de un material más dócil para trabajarlos».

Uno de los más jóvenes canteros, Eugenis García, hace notar que, aunque el canto hoy se comercializa a 60 pesos y más, son pocos los que se atreven a realizar este trabajo. «A juzgar por el precio de la chapa de canto, las canteras deberían estar llenas de canteros. Pero de eso nada», insistió.

Sus compinches, Antonio y Uber Nelson, afirmaron que a ellos nadie les presta atención. Ni siquiera la cooperativa a la que le comercializamos el canto, dijo. «Solo vienen a buscar el producto una vez a la semana; eso es todo, no se ocupan de nosotros en lo absoluto».

Antonio Figueredo, el más experimentado de los cuatro, se alegró de que, al fin, se piense en poner un poco de orden a la explotación de las canteras.

«Vamos a apoyar lo que decidan. Así ganaremos todos, la provincia y nosotros».

Ventura de Jesús/ Granma

1 comentario en «Cuando el canto se parece al oro»

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