Roxana Valdés: entre el Periodismo y el deber

UNIÓN DE REYES.- Entrevistarla no resulta tarea fácil, a veces me inunda esa sensación de que lo sé todo sobre su vida, pero luego recuerdo que, como periodista, tengo que indagar más allá. Roxana Valdés Isasi es una muchacha de Unión de Reyes, tan espontánea como sencilla y carismática. Rara vez se le ve triste, siempre lleva una sonrisa como medalla. Pequeña de estatura, los que la conocen miden su grandeza de la cabeza hacia el cielo.

Ella se describe como una joven como cualquier otra, intranquila, traviesa, y, además, revolucionaria. Roxana estudió Licenciatura en Periodismo en la Universidad de Matanzas.

¿Cómo llegas a estudiar la carrera?

“(…) para estudiar Licenciatura en Periodismo pasé mucho trabajo, porque faltaron tan solo cinco puntos para aprobar la prueba de ingreso de Matemática, la suspendí. Eso fue un reto porque tuve que esforzarme el doble para poder aprobar. Agradecida con los profesores que me inculcaron el amor por el estudio y no puedo dejar de mencionar a los del preuniversitario”.

La lejanía de su hogar de la casa de altos estudios parecía obligarla a estar becada, sin embargo, no fue así.

“Decidí dar los viajes y no quedarme becada porque, en primer lugar, la vida me ha golpeado muy fuerte y supuse que viajar era lo mejor para gastar la menor cantidad de dinero. Entonces eso era lo que hacía, lo mismo viajaba «en botella», que en una «chivichana», hablando en el argot popular, que en un carretón, en lo que fuera. Nunca llegué tarde a la escuela, siempre puntual. Era difícil porque estudiaba, viajaba «en botella», ayudaba en la casa y todo eso resulta algo complejo, pero pude lograrlo”, expresó sobre la experiencia de trasladarse y ser estudiante universitaria.

¿Cuál fue el reto más difícil que enfrentaste durante la universidad?

“Creo que el reto más complejo durante los cuatro años de la carrera fueron esos mismos viajes, porque te cansaban mucho, cuando oscurecía demasiado temprano era una odisea, lo mismo me cogía oscuro en Cidra que en Guanábana, que en cualquier lugar”.

Aún como estudiante de Periodismo asumió el reto de formar parte de la plantilla de la emisora municipal en Unión de Reyes, lugar que se convirtió en su centro de trabajo y al cual pone mucha dedicación. ¿Qué aporta el Periodismo en la vida de Roxana?

“El Periodismo me ha enseñado muchas cosas, como poder redactar mejor; que todos los días se aprende algo nuevo de las personas que te rodean, tanto del que barre las calles como del intelectual; que no podemos menospreciar a nadie y eso es lo más importante. Me ha enseñado que con buen corazón muchas cosas se resuelven. El Periodismo ha sido mi faro para seguir adelante”.

¿Cuánto influye en su desenvolvimiento social?

“A través del Periodismo me desenvuelvo de mejor manera, mantengo relaciones con personas que nunca imaginaba que pudiese tener. Las personas te ven de una manera diferente, aunque tú seas la misma, ya no te ven como esa joven, sino como la periodista, y eso es gratificante. Tener al pueblo que te quiera, te reconozca y sepa que, desde tu labor, desde tu perfil como periodista, vas a comprometerte a ultranza con los problemas para que tengan solución”.

Durante el periodo de pandemia la delegada de la circunscripción en la que reside Roxana, viajó a Venezuela en misión internacionalista. La joven unionense no deseaba quedarse inerte en casa y para ayudar a su familia no podía dirigirse a un centro de aislamiento, así comenzó su camino a ser delegada.

“Todos los días por la mañana, de conjunto con la profesora Chela y Greici, llevábamos el pan casa a casa, atendíamos a los vulnerables. En una ocasión hizo falta que apoyáramos a una zona en el barrio militar, donde había un alto índice de contagio. Íbamos primero a la circunscripción de nosotros y después al barrio militar. De ahí surge la idea de que tenía aptitud para ser delegada y aquí estoy, di mi paso al frente y dije que podían contar conmigo”.

Dentro de su circunscripción Roxana ayudó a que una escuela primaria recuperara el alumbrado, que se reparara la calle que pasa por delante, cuya condición era muy mala y se atendieran edificaciones a las que el agua no llegaba:

“(…) La atención que se le da a las personas vulnerables, los recursos que se destinan a ellos, sus familiares lo agradecen. La esencia está en representar dignamente a todas las personas”.

La compleja tarea de cumplir con el deber como delegada y estudiante universitaria no imposibilitó que Roxana Valdés ayudara a los vecinos que la escogieron como representante y guía, al punto de que, ante las elecciones del 2023, su nombre estuvo entre los candidatos a diputados. Hoy, la muchacha de 22 años es una de las elegidas para representar a Matanzas en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

“(…) son muchos sentimientos encontrados. Nunca pensé, con tan solo 22 años, con el trabajo que anteriormente pasé para poder obtener una carrera universitaria, para poder hacerme periodista, con las situaciones de viajar todos los días Unión de Reyes-Matanzas «en botella», nunca pensé ser diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Esto es un reto, un compromiso, es demostrarles a las generaciones nuevas como yo, el esfuerzo que se realiza en esta Isla pequeña por el bienestar de los más jóvenes”.

Al menos una vez a la semana Roxana destina un tie mpo para llamar a los amigos desde la casa de algún familiar o desde el teléfono público. En plena conversación se le escucha saludar a cuanto conocido pase cerca, preguntarle por su familia y desearle un buen día. No la he visto hacerlo, siempre he sido la persona del otro lado del auricular, la que espera a que la confianzuda y preocupada unionense interactúe con su pueblo.

Ahora como diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular, ¿qué falta por hacer?

“Como diputada queda por hacer bastante. Queda ser receptivo, escuchar los problemas de las personas, ese es la esencia de todo, porque sin el pueblo no estuviese aquí, no fuese a representarlos. Por tanto, queda mucho”.

¿Qué consideras que necesita la juventud de estos tiempos?

“La juventud de estos tiempos necesita que le sigamos hablando con la verdad, comprender que no todo está perdido, que nuestro país ha sufrido muchos problemas, uno detrás de otro. Lo más importante es hablar con la verdad de esas dificultades y no ponerles tabúes y que ellos comprendan. Totalmente no está perdida la juventud, lo que se nos han escapado, tal vez, cosas que no están en nuestras manos, pero que se pueden rescatar”.

Roxana duerme poco y madruga a diario. Las 24 horas del día suelen ser insuficientes para cumplir con las tareas, el deber y ese pedazo de espacio que la familia ocupa en su ajetreada vida. Ella es consciente de las responsabilidades que le fueron confiadas, con las cuales cumple de forma natural, sin imposiciones, no obstante, quien se la ha encontrado sabe que pocas veces deja de mostrarse natural y atenta con todos y que si algo regala a cada uno, es esa sonrisa que devuelve la fe en el mejoramiento humano del que habló José Martí.