21 de diciembre de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Milagros de vocación: la maestra de los príncipes enanos

Y así, en cada gesto suyo, en cada historia que cuenta o canción que entona, se revela la esencia de la vocación docente: un acto de amor profundo, silencioso y constante. Un milagro cotidiano que, como su nombre lo indica, se llama Milagros
JOVELLANOS.- En el corazón del Consejo Popular Jaime López, en este municipio, florece cada mañana una vocación que no conoce de horarios ni de límites. Allí, entre juegos, canciones y primeras palabras, Milagros Cruz Díaz siembra futuro con manos de ternura y alma de maestra.
Es promotora del programa Educa a tu hijo, pero para los más pequeños, ella es mucho más: es la primera guía, la voz que los nombra, la mirada que los alienta, la paciencia que los espera.
Ser maestro —y más aún, serlo desde las edades más tempranas— es un acto de entrega que no siempre se ve, pero que transforma. Milagros lo sabe bien. Su jornada comienza antes de que el sol se asome y termina mucho después de que los niños se han ido. Entre cartulinas, cuentos y consejos a las familias, va tejiendo una red invisible de afecto y aprendizaje.
Porque educar no es solo enseñar letras o números, es acompañar, escuchar, consolar, celebrar cada pequeño logro como si fuera un milagro. Y en su caso, lo es.
“Yo me siento realizada, feliz. Cada niño que sonríe, que aprende a decir su nombre, que canta una canción conmigo, me recuerda por qué elegí este camino. No es fácil, pero es hermoso. Ellos son mis retoños y yo florezco con ellos”, confiesa Milagros con una emoción que se le escapa por los ojos.
Durante la Jornada del Educador, sus pequeños —esos príncipes enanos de los que hablaba Martí— la celebran con dibujos, abrazos y palabras que apenas balbucean, pero que dicen más que mil discursos. Porque para ellos Milagros no es solo una promotora educativa: es su maestra, su hada madrina, su primer faro en el camino de la vida.
Y así, en cada gesto suyo, en cada historia que cuenta o canción que entona, se revela la esencia de la vocación docente: un acto de amor profundo, silencioso y constante. Un milagro cotidiano que, como su nombre lo indica, se llama Milagros.

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