23 de abril de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Memorias de una Casa

Se llama Casa de la Memoria Escénica desde el 2011, un bautizo hermoso que se concretó oficialmente de manera legal el 15 de enero de 2011, luego de llamarse Centro de  Información e Investigaciones  desde 1994, cuando la presidencia liderada por Mercedes Fernández creó con una visión sensible e inteligente, un reservorio en la calle Contreras, para proteger el patrimonio. Eficaz iniciativa que nació y se desarrolló hasta cerrar un ciclo de evoluciones de casi 30 años.

Memorias de una CasaSe llama Casa de la Memoria Escénica desde el 2011, un bautizo hermoso que se concretó oficialmente de manera legal el 15 de enero de 2011, luego de llamarse Centro de  Información e Investigaciones  desde 1994, cuando la presidencia, liderada por Mercedes Fernández, creó con una visión sensible e inteligente, un reservorio en la calle Contreras, para proteger el patrimonio. Eficaz iniciativa que nació y se desarrolló hasta cerrar un ciclo de evoluciones de casi 30 años.

En el 2000, la idea, con objetivos y presupuestos metodológicos y algunos referentes internacionales, entonces Centro de Documentación e Investigaciones de las Artes Escénicas Israel Moliner Rendón, hasta que definitivamente fue llamada con el actual nombre.
«Casa es la palabra que pronunciamos definitivamente  María Isabel Tamayo y yo, mientras  nuestra hija Isabel de tres años en aquel entonces, dormía. Casa es un  el espacio que tiene la calidez de las hogueras, la armonía y la paz de las  familias. Casa es un resguardo para la memoria, para la gente y la identidad (…) escribí ese año en El Libro del Aleh (apuntes de un activista escénico)», que pretendo publicar en el aniversario 30, próximo a celebrarse en el 2024 .
Recuerdo que la querida Bárbara  Rivero, me escribió desde La Habana, cuando se decidió cambiarle el nombre.  «Querido Ulises me encanta  Casa de la Memoria Escénica,  es más identitario. Siempre me ha resultado esencial  y emocionante el verso de Martí, cuando los sucesos del Villanueva: El enemigo brutal le puso fuego a la casa» y dijo «casa para decir teatro,  para decir familia, vida colectiva, nuestra casa, sentido de pertenencia, algo sin lo cual somos unos parias».
Con la aprobación de Barbarita y de Mercedes Fernández, como presidenta, comenzó una nueva etapa, una de las más lindas de nuestra  historia; porque en definitiva, siempre hemos  concebido este espacio alternativo como un proyecto artístico que protege y defiende la Memoria Escénica, como un hogar, con un Código de Ética, con una metodología, objetivos y muchas otras cuestiones conceptuales y científicas, pero adecuados al espíritu de la creación y la defensa del patrimonio.
«Lengua sin manos, no es de fiar», es un texto del Cantar del Mío Cid, que forma parte de nuestro pensamiento como Casa,  una de nuestras bitácoras, que nos ha llevado a crear y trabajar, una esencia para los que durante años han aportado algo a su edificación.
Desde entonces, el 2003,  lo que fuera la casa del abogado Eusebio Estorino, en Milanés no. 28007, ha  sido espacio para la realización de muchas acciones  en favor de la cultura cubana, que cuando se revisan  los archivos de fotos, emociona  ver la gente de todos los  lugares de Cuba o del mundo, que han estado con nosotros, compartiendo experiencias del teatro, pero también de las otras manifestaciones artísticas y de la cultura en general, lo mismo del cine, que de artes visuales,  literatura,  historia, de la cultura China, la hispana o la negra, que del teatro para niños o el callejero, los temas tabú o la concepción de un proyecto de desarrollo local, la presentación de un libro de cocina, el recital de un poeta cubano o chileno o la premiación de Chamaco.
Durante años han  ocurrido en su sede, un encuentro de bibliotecas, que un proyecto comunitario rural o una muestra de cine, la celebración del Día de la Danza, el Circo o la entrega de un proyector de cine que pertenecía al Velasco, un taller o panel de Traspasos Escénicos, un evento internacional de la Unima, la ASSITEJ; la creación de la Cátedra de Estudios Dramatológicos, con García Barrientos; un encuentro de archivos, un proyecto binacional…
La Casa es  proyecto artístico, que vive, además del apoyo del Consejo provincial de las Artes Escénicas  de Matanzas, del  afecto concreto de muchos, y la lista es larga – instituciones y personas-  porque llega a casi mil, los que donan materiales históricos, libros o su sabiduría; los que nos acompañan y son parte indisoluble de su existencia. Entre las colaboraciones más sólidas, entrañables y duraderas, están las que mantenemos con instituciones como Casa Editorial Tablas Alarcos, Casa de las Américas y su departamento de Teatro, la Universidad de las Artes, el Archivo Digital de Teatro, de Universidad de Miami; Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid España, la Unima de Cuba, el Ollantay Center de Nueva York, la Universidad de Cleveland, entre otros.
La Casa, ¿qué otro nombre iba a tener?, es  un acto vivo, que crece y se desarrolla y puede ser más de lo que  actualmente es, para ser el sueño, que vive dentro de nosotros y sentimos posible.

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