2023: La palabra viva por las plazas y calles matanceras
La cultura brilló en la ciudad de Ríos y Puentes en el 2023 en tres manifestaciones que caracterizan a esta tierra de poetas, músicos y pintores, respondiendo al sentir de quienes la llamaron La Atenas de Cuba.
No hubo impedimentos para quienes aman el arte y las letras con pasión y despliegan su caudal de inspiración en disímiles escenarios.
En un vuelo de pluma, apreciamos como la literatura estuvo a la altura de estos tiempos con el desarrollo de importantes eventos, lo cual conllevó al avance hacia loables propósitos en el afán de extender la palabra viva, el verso vivo hacia el pueblo.
Seis autores matanceros alcanzaron el Premio de la Crítica Literaria del Instituto Cubano del Libro. Fueron ellos, Silvia Hernández Godoy, Damarys Calderón, Laura Ruíz, Urbano Martínez Carmenate, Leymen Pérez y Ulises Rodríguez Febles.
A seguidas, la exitosa celebración de la Feria Internacional del Libro, dedicada aquí al Premio Nacional de Edición, Alfredo Zaldívar Muñoa, y a los aniversarios 45 y 25 de ediciones Matanzas y Aldabón, con la presencia de relevantes figuras nacionales y de la provincia.
Y así, en un haz, estuvieron la UNEAC, la AHS, el Centro provincial del Libro y la Literatura, y las direcciones de Cultura para organizar y desarrollar acciones de connotación literaria como los concursos Premio Fundación de la Ciudad, por el aniversario 330 de Matanzas y el natalicio 70 del Premio Nacional de Historia, Urbano Martínez Carmenate, así como los Premios Milanés, incluido el encuentro-debate, el América Bobia, convocado por ediciones Vigía y los de la editorial Aldabón.
Destacados escritores y editores recibieron premios y reconocimientos internacionales, fueron Leymen Pérez, Luis Lexandel Pita, Cristina Martínez y viajaron en representación de Cuba, Maylan Álvarez, José Manuel Espino, Daniel Cruz, Norge Céspedes y Agustina Ponce. En lo nacional resalta el Premio de la UNEAC en el género de ensayo de la investigadora Mireya Cabera Galán.
Resaltaron las “Lecturas de verano”, donde se promocionaron las obras de José Manuel Espino, Nelson Simón, Eldys Baratute, Yanira Marimón y Carlos Ettiel, escritas para niños y adolescentes.
Aclamadas fueron las ferias en los municipios con la participación de escritores laureados en cada uno de los territorios, la venta al aire libre de libros por las comunidades, centros educacionales y de salud, mediante las cruzadas literarias, que abarcó “Entre letras y carbones”, desarrollada en la Ciénaga de Zapata.
Por primera vez, con gran repercusión, se efectuó la Feria del Libro y la Literatura en el sistema penitenciario, que contó con el apoyo logístico del MININT.
Nuestras librerías, ante la ausencia de nuevos títulos impresos, se crecieron al adoptar la compra de libros raros y de uso, gestión que ha alcanzado una gran acogida por los lectores, con el apoyo de la red de librerías particulares, entre las cuales destaca la nombrada “España”.
Y con aire renovador se realizaron las peñas habituales, sin faltar una sola. Me refiero a los Sábados del Libro, Miércoles de Poesía, Café Mezclado, el taller El Maíz Regado, Concilio de las aguas, La Guillotina, El sombrero de Zequeira, Los Hijos de la Luna o La hija del tabernero, El libro inédito, Los Grafómonos y San Juan Murmurante, entre otras.
Un año de intensa unificación entre escritores e instituciones con el respaldo del teatro Sauto, la Casa Social de la UNEAC, los museos Farmacéutico, de Arte Lorenzo Padilla, Palacio de Junco, la biblioteca provincial Gener y del Monte, las plazas de ARTEX, la sala de conciertos José White y el Patio Colonial, junto a las calles y plazas del territorio yumurino.
