Desafíos de la literatura para niños directo a debate en «La Guillotina»
El universo encantado o real de la literatura para niños y jóvenes dominó la palestra en el espacio de crítica cultural “La Guillotina”, auspiciado por el Centro provincial del Libro y la Literatura (CPLL) y con sede en la casa social de la UNEAC.
Fue conducido, por su promotor, el investigador Derbys Domínguez, contando en esta ocasión como invitado principal al laureado literato José Manuel Espino, presidente de la filial de los Escritores y Artistas en Matanzas.
El auditorio dispuesto al debate estuvo integrado por muchos de quienes “brillan y dan color” en este género literario que comprende la narrativa, la poesía y el teatro con el empleo de la ficción, lo novelesco o de misterio; lo tradicional, mediante fábulas, leyendas y mitos; la fantasía; y lo realista, vinculado con las biografías o temáticas sociales de cada época.
Presentes, entre ellos, los habaneros, Omar Valiño, director de la Biblioteca Nacional José Martí y fundador de la Casa Editorial Tablas-Alarcos; junto a Yaremis Pérez, directora de la editorial Cubaliteraria; estaban los yumurinos, Efrahím Pérez, director del CPLL, el poeta Leymen Pérez, presidente de la Asociación de Escritores de la UNEAC matancera; y Alfredo Zaldívar, Premio Nacional de Edición y director de la editorial Matanzas.
El intercambio fue ameno y con una visión de la realidad imperante con la producción de libros impresos para niños y jóvenes, que para algunos, hace tambalear el programa nacional Por la Lectura, si no se toman decisiones que implican al Ministerio de Educación y a las editoriales gráficas y digitales de las provincias.
Como expresara Valiño en su intervención, lo más importante es que nuestras jóvenes generaciones ¡lean!, no siguiendo solo consignas, sino con acciones que promuevan ese hábito, el cual no puede desvirtuarse con momentos musicales o teatrales solamente, porque lo trascendente es que se imponga el libro físico en mano o por celular, más la amplitud de opciones literarias, dentro de los clásicos, teniendo en cuenta el rico caudal de nuestros autores.
Por su parte, Yaremis profundizó en el reto que significa la literatura digital, pues en el caso de los niños y jóvenes debe acompañarse de una estratégica informática, que no es solo el texto, al tener que incorporarse recursos programáticos mediáticos audiovisuales, los cuales demandan de un colectivo profesional puesto en función de las enormes posibilidades virtuales que proporciona una obra literaria.
Como pude apreciar, se han lanzado audiolibros como el caso magnífico, de ediciones La Luz, presentados en la 31 Feria del Libro en nuestra ciudad. No obstante, muy pocas editoriales poseen presupuestos y tecnología adecuada para estos fines. Se avanza muy lento. Hay que ser realistas además al valorar que no todos los niños y adolescentes en la nación cuentan con medios digitales ni posibilidad de instalar aplicaciones específicas.
Un enjambre de ideas surgieron en el animado espacio “La Guillotina”, de la UNEAC, en torno a esa problemática, las cuales demostraron que escribir para estas edades no es fácil, como algunos quizás piensan, por lo que Espino cerró el encuentro con su famoso “Decálogo”, consejos prácticos para quien pretende escribir para los niños y adolescentes.
