2 de mayo de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

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Ruta literaria Lorca en Cuba se presentó en el Salón de Turismo de Barcelona

Del 2 al 12 de agosto de este año los participantes recorrerán este exclusivo y único circuito turístico lorquiano por los sitios donde anduvo el poeta y dejó, por supuesto, su imperecedera huella en la Mayor de las Antillas

Víctor Amela, Lluís Pont y Xavier Rosell presentan el circuito turístico- literarario Lorca en Cuba. Foto: Nooticias Clave

 

Víctor Amela, Lluís Pont y Xavier Rosell presentan el circuito turístico- literarario Lorca en CubaFoto: Nooticias Clave

Fundamentada en la novela Si yo me pierdo, del periodista y escritor Víctor Amela –publicada por el sello Destino, de la Editorial Planeta–, la ruta literaria Lorca en Cuba fue presentada en el Salón de Turismo de Barcelona, por su autor y por el periodista Xavier Rosell, responsable del diseño de la interesante y mágica propuesta, cuya comercialización está a cargo de la agencia sabadellense Kareba Viatges.

Del 2 al 12 de agosto de este año, el propio escritor y Rosell guiarán a los participantes en este exclusivo y único circuito turístico lorquiano por los sitios donde anduvo el poeta y dejó, por supuesto, su imperecedera huella en la Mayor de las Antillas.

La Habana, Viñales, Cienfuegos, Remedios, Caibarién, Sagua la Grande y Matanzas –Santiago no se ha incluido, a fin de no alargar el circuito–, serán los lugares para visitar. Los participantes dormirán en los mismos hoteles –hoy reformados– que 93 años atrás alojaron al poeta.

Además de Amela, diversos escritores e intelectuales cubanos, todos ellos acreditados especialistas lorquianos –como Ciro Bianchi Ross, Urbano Martínez Carmenate y Luis Machado Ordext–, darán charlas informativas y acompañarán al viajero en diversos tramos.

En la presentación, Rosell develó algunos de los incentivos del viaje, como la comida lorquiana en el hotel Inglaterra y que reproducirá el menú que el poeta degustó en ese mismo lugar en 1930, o la visita a la casona donde vivía la familia Loynaz –que Lorca bautizó como la casa encantada–, o el paseo por lo que fue la playa de Marianao, donde estaban las fritas, una suerte de cabarets y timbiriches a pie de playa, refugio de noctámbulos de baja cuna y punto de cita nocturno del Lorca más popular, donde disfrutó de memorables veladas de son, ron y mestizaje.

Por su parte, Amela referenció las etapas que tendrán lugar lejos de La Habana, como una jornada en la Ciénaga de Zapata y su criadero de cocodrilos, la estancia en la elegante ciudad de Cienfuegos –que el poeta visitó en dos ocasiones y lo maravilló–, el periplo por la provincia de Santa Clara, la visita al Valle de Viñales y sus plantaciones de tabaco y, como etapa final, la ciudad de Matanzas y su ermita de Montserrate, en la cual el poeta posó junto a niños negros, en la que fue una de sus fotos más conocidas de su estancia en la Isla.

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