1 de mayo de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

El padre de la ortopedia en Cuba

Quiso el destino que el 15 de enero de 1908 el terruño bolondronense vislumbrara el nacimiento de uno de sus más gloriosos hijos, distinguido no solo por la creciente fascinación que en su existir manifestó por la medicina, sino también por su ferviente accionar durante la gesta rebelde que a mediados del siglo XX devolvió la libertad a nuestro país.

Quiso el destino que el 15 de enero de 1908 el terruño bolondronense vislumbrara el nacimiento de uno de sus más gloriosos hijos, distinguido no solo por la creciente fascinación que en su existir manifestó por la medicina, sino también por su ferviente accionar durante la gesta rebelde que a mediados del siglo XX devolvió la libertad a nuestro país.

Militante del Partido Comunista de Cuba y activo en la lucha contra Gerardo Machado, no fueron pocas las ocasiones en que Julio Martínez Páez estuvo tras las rejas por su indomable renuencia a la dictadura y vio interrumpido su periplo académico a causa de la represión estudiantil.

Aun así, logró graduarse como Doctor en Medicina en 1934, halló en la ortopedia su verdadera vocación y en instituciones como el Hospital Universitario General «Calixto García», evidenció su brillantez como cirujano y docente.

Una vez incorporado en 1957 al Movimiento 26 de Julio, participó activamente en tareas clandestinas como la distribución de bonos y el alojamiento y transporte de revolucionarios, asumió el liderazgo de los Servicios de Sanidad Militar del Ejército Rebelde y, como miembro de la Columna No. 1 «José Martí», realizó dísimiles intervenciones quirúrgicas e integró el flanco insurgente en numerosos enclaves como El Salto, Veguitas, Baire, JIguaní y, en especial, La Plata, donde fue ascendido a Comandante. Tras la victoria de 1959 jugó un papel clave en la transformación del sistema sanitario cubano.

En pro de una estructura de salud más inclusiva, estuvo entre los fundadores del Partido Médico de la Revolución y, como ministro de Salubridad y Asistencia Social, encabezó importantes campañas de Salud Pública, como la erradicación del paludismo y la atención médica rural; asumió como director del Hospital Ortopédico Docente Fructuoso Rodríguez y sobresalió por su meritoria trayectoria como profesor en instituciones de prestigio como la Universidad de La Habana.

Asimismo, llevó el nombre de Cuba a los más altos escenarios internacionales, pues eventos científicos en naciones como Londres, Argentina, Perú, Siria, Grecia, Dinamarca y Japón atestiguaron su genialidad y, a ello, se suman innumerables distinciones como la Orden Carlos J. Finlay y las medallas Antonio Guiteras y XX Aniversario, importantes y merecidos lauros a su perseverancia, sapiencia y destreza como galeno.

Desafortunadamente, el 31 de marzo del año 2000, Cuba perdió a este célebre mambí de bata blanca, una figura cuya vida estuvo marcada plenamente por la devoción al pueblo, la medicina y la Revolución. En el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias reposan los restos de este insigne matancero, quien ostentaba al momento de su muerte el grado de Coronel y quien no solo fue un eminente cirujano y un profesor ejemplar, sino también un cultor de la música y la pintura y, ante todo, un ser humano de inagotable sensibilidad y excelencia.

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