El “oro” que no se exporta en la Empresa Cárnica de Matanzas
Considerado uno de los negocios más rentables del mundo ganadero, la venta de cálculo biliar bovino se cotiza hoy en un precio que oscila de 200 mil a 250 mil dólares el gramo.
Si tan solo el año pasado la Empresa Cárnica de Matanzas hubiera comercializado los 500 gramos que mensualmente puede llegar a extraer, sus ingresos por exportaciones habrían significado la exagerada ganancia de más de mil 200 millones de dólares.
Un valor de esta magnitud llena los ojos, pero no los bolsillos de la industria yumurina. Desde las últimas ventas en la lejana década de los 80, ni una piedra de esta ha vuelto a surcar los mares.
Los cálculos biliares, llamados pepitas de oro, han sido, si acaso, conservados como mera curiosidad, que se enseña al visitante de turno en el Cárnico de Matanzas y el resto, quién sabe, termina en algún latón de la basura.
La oportunidad de exportar estos cálculos tiene tantas bonanzas financieras que una se pregunta cómo puede renunciarse a tantos ingresos en una empresa donde sus trabajadores apenas han cobrado utilidades y cuando lo han hecho, son montos muy bajos.
Me pregunto cómo puede renunciarse a tantos ingresos, mientras varias publicaciones en la internet refieren el cotidiano aumento en el precio del kilogramo del cálculo biliar, dada su efectividad en el tratamiento de enfermedades del hígado, del páncreas, del aparato digestivo, entre otros usos.
Cómo puede renunciarse a tantos ingresos, si es verdad que hay un mercado receptor en China, Japón, India o Alemania, países que persiguen esas piedras.
Cómo puede la Empresa Cárnica de Matanzas sacrificar tantos ingresos, cuando, a diferencia de otros renglones, no necesita de fabricación, las piedras se forman solas dentro de la vesícula del animal, otra ventaja desperdiciada.
Parece que aún allí no logran entender que cuando hay ingresos por esta vía se pueden transformar las condiciones técnicas, incrementar sus producciones y eso se va revertir en beneficios económicos para la entidad, los trabajadores y el país.
La industria yumurina necesita conocimientos, prepararse, diseñar su estrategia de exportación, aliarse con organismos entendidos en la materia que certifiquen la calidad del producto. Ayuda no les ha faltado. Han tenido la asesoría de la dirección de Comercio Exterior del Gobierno en la provincia.
Directivos de la industria yumurina necesitan pasar a la acción. Tomárselo en serio comienza por dar el primer paso, pero darlo ya. La mina de oro que hay en la Empresa Cárnica, necesita ser explotada.
Fotos: Tomadas de NPV.com
