Marinello en la memoria (+audio)

En el pequeño poblado de Jicotea, Villa Clara, nació en 1898 un hombre que marcaría un antes y un después en la historia cultural y política de Cuba: Juan Marinello Vidaurreta, quien con una formación excepcional que abarcaba la Filosofía, las Letras y el Derecho, emergió como una de las mentes más brillantes y comprometidas de la intelectualidad antillana.
Durante los años 20, Marinello se alzó como un líder estudiantil al lado de figuras como Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena. Desde la creación de la Universidad Popular «José Martí», la Falange de Acción Cubana y su presencia en la denominada Protesta de los Trece hasta su frontal oposición a los gobiernos de Alfredo Zayas, Gerardo Machado y Carlos Mendieta, su ferviente activismo lo llevó al exilio y la cárcel. Sin embargo, ni el destierro ni las rejas menguaron su bregar por la justicia social y el antiimperialismo.
En el ámbito académico, Marinello destacó como pedagogo al impartir clases de Literatura, Lenguaje e Historia del Arte en instituciones cubanas y mexicanas y, en este periodo, también asumió importantes responsabilidades en organismos internacionales como vicepresidente del Consejo Ejecutivo de la UNESCO, embajador y delegado permanente de la Isla en esta estructura y representante del Movimiento Cubano por la Paz.
Asimismo, devino líder del Partido Socialista Popular y candidato presidencial en 1948, dirigió la Sociedad Cubano-Mexicana de Relaciones Culturales, promovió la reforma universitaria como rector de la Universidad de La Habana, estableció la Facultad Obrero-Campesina «Julio Antonio Mella» e integró el Comité Central del Partido Comunista y del Consejo de Estado.
Juan Marinello desarrolló una prolífica labor literaria con obras como «Meditación americana» y «El pensamiento de Martí y nuestra Revolución Socialista», destacando por su profundo compromiso cultural y político.
Galardones como el Doctor Honoris Causa en Ciencias Filológicas de la Universidad Carolina de Praga y la Orden Caballero del Águila Azteca de México loaron este vasto accionar sociocultural. Aunque Marinello falleció en suelo capitalino el 27 de marzo de 1977, su legado sigue iluminando la historia de Cuba.
Su vida, marcada por la excelencia literaria y el compromiso con la justicia social, permanece como testimonio de una lucha incansable por ideales que, hasta la fecha, trascienden generaciones.