Concurso Debate Milanés, una construcción poética con muchas voces

El aniversario 211 del nacimiento de José Jacinto Milanés sirvió como motivo e inspiración a los escritores matanceros, como cada año, para participar en el Encuentro Debate que le rinde homenaje al poeta y dramaturgo matancero.
En la edición de este 2025, celebrada recientemente en Matanzas, Gaudencio Rodríguez Santana mereció el premio por su poema Carnicería “que habla de un lugar físico que fue carnicería y cómo se ha convertido en un espacio de otras cosas, en otros significados, en vivienda.
“Intenta transmitir toda la espiritualidad que hay detrás de ese hecho, de las personas que están viviendo en ese lugar, pero con otras connotaciones”.
En su poema, Rodríguez Santana juega con los espacios temporales y físicos, para significar las desolaciones de una carnicería devenida casa por la necesidad habitacional de quienes ahí conviven, describiendo el escenario de antaño, donde la sangre y los huesos cortados fueron parte de lo cotidiano, para establecer un paralelo con el paisaje desolador de un lugar donde las paredes son formas rotas por el tiempo.
Acerca del poema y sus connotaciones, el escritor, dramaturgo y crítico de arte Ulises Rodríguez Febles, publicó en su perfil de Facebook que “Carnicería es un poema que convierte en espacio lírico esas carnicerías, que existieron en cada uno de nuestros pueblos, bateyes y ciudades, de las que colgaban de ganchos, pedazos de carnes de res.
“No creo que existan lugares en este mundo, sin una carnicería, aunque solo puedas comprar según tus necesidades y solvencia económica. De hecho, en las artes plásticas hay varias obras que las inmortalizan.
«En la de su poema, en las que habitan la plasticidad de esas obras conocidas, viven gentes que se ha ido apropiado, porque han dejado de existir, de esos espacios simbólicos, que formaban parte de nuestro imaginario, como si nunca más fuéramos a contar con lo que paulatinamente hemos perdido. Algo que no solo ocurre con las carnicerías, sino con escuelas, industrias, ingenios azucareros”.
Gaudencio, conocedor de las interioridades del discurso poético desde hace varios años y merecedor por ello de varios reconocimientos, recalca con el texto seleccionado por el jurado entre los 12 finalistas que podemos encontrar la poesía en los más insospechados sitios.
Los poetas matanceros bien conocen la trascendencia del concurso que no se limita a la premiación sino que cada año ofrece un espacio para la lectura el intercambio de ideas y valoraciones sobre poesía.
“A mí el Milanés de debate me parece un concurso encantador por el hecho de que no estamos en frío esperando a que nos den un premio, sino que debatimos las obras, conocemos las circunstancias en que el poeta escribió la obra y eso es maravilloso.
“Estuvo muy bien organizado. Últimamente cada vez que voy, no es que voy a un concurso y ya, voy a una lectura muy interesante de poesía en el que disfruto de poemas fantásticos. Fue una sorpresa muy grata, porque, además, hay gente joven que está haciendo muy buena poesía en Matanzas”.
En el certamen, el jurado resaltó igualmente los poemas Tornillos de plata, de Náthaly Hernández Chávez y Parte meteorológico, de Derbys Domínguez. A propósito el escritor señalo que “habla de la herencia del desastre, o sea, de ese huracán que, sin pasar, lo ha desbaratado todo.
“No tiene que haber huracán o desastre alguno para que las cosas, el presente y futuro estén desarticulados. Los huracanes, de todo tipo, nos preceden y signan nuestro destino en tanto individuos y Nación”.
Asimismo, el también ensayista y editor significó que “la importancia del Milanés chiquito, como le decimos, es, primero, rendir homenaje a Milanés, después que al ser un debate el poema leído en público pasa a ser pensado por los demás y esto le da a la literatura, al acto de escribir, que por lo general es solitario, una hermosa y necesaria vitalidad, el movimiento. Allí se juntan muchas voces poéticas de matanceros que pertenecemos a distintas generaciones y esto enriquece mucho el desarrollo del Encuentro.”
Hace mucho tiempo la poesía cubana dejó de ser solo el recipiente donde acumular congojas con excesos de metáforas y símiles. En su lugar, un nuevo espíritu se apoderó de los versos, una esencia recia, desgarradora, dura, que va a la raíz misma del ser humano y su relación con el entorno social.
Conscientes de la crudeza de sus ideas, del compromiso que están llamadas a asumir y la responsabilidad de manifestar una verdad evidente, la poesía matancera de hoy se parece más a la gente y a su historia, a sus traumas diarios, a sus disquisiciones con el ambiente que le rodea, a ese mundo interno que se abre al mundo.
No hay medias tintas con los poetas de hoy, ni palabras ambiguas con el fin de quedar bien con nadie, más que con su conciencia y la de los seres que comparten sus amarguras o antagónicas luchas interiores.
Con ese espíritu, el Encuentro Debate Milanés cada año recuerda la obra de una de las voces más importantes del siglo XIX cubano, al tiempo que resalta la pluralidad y agudeza de las poéticas de hoy en Matanzas.
Fotos tomadas de los perfiles de Facebook de Gaudencio Rodríguez y Alfredo Zaldívar