La Foto: El cuarto mono

Esta imagen anda circulando por las redes sociales y, como casi todas las buenas imágenes, dice más que mil palabras.
La leyenda de los Tres Monos Sabios es de origen chino, aunque se volvió más popular a partir del siglo VIII en la mitología japonesa, que les ha consagrado el Templo de Toshogu, en la ciudad japonesa de Nikko, donde se levanta la escultura realizada en madera, en 1636, atribuida al ebanista japonés Hidari Jingorō.
Foto: tomada de royumi.com
A los clásicos “Tres monos sabios” del mundo oriental -el que se cubre los ojos («para no ver el mal»), el que se tapa los oídos («para no escuchar el mal»), y un tercero que tapa su boca («para no decir el mal»)-, se agrega ahora un cuarto mono, perdido en la pantalla de su celular.
Al que le sirva el sayo, que se lo ponga. Lo cierto es que ese advenedizo bien pudiera ser representación del humano contemporáneo, absorbido por la tecnología a tal punto que no ve, no oye, ni habla… no por sabiduría, sino por desconexión.
La gran y peligrosa paradoja de cómo la conexión puede llevar a no pocos a una total desconexión no solo de la realidad, sino de sí mismos, en una involución que implica el aislamiento social disfrazado de hiperconectividad.
Este cuarto mono sumado al trío de los tres sabios parece indicar desde la ironía cómo está normalizándose lo anormal: cercanos físicamente, pero distantes, ajenos, olvidando cada vez más la capacidad de conectar de verdad con los otros y de ser realmente humanos.
- Cubasí