20 de abril de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

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Ramón Pacheco Salazar: periodismo y arte en una sola emoción

Ya dejé de contar los años que conozco al artista y fotorreportero Ramón Pacheco Salazar; los dos trabajando a la par en el periódico Girón y admirando siempre su evolución en los caminos de la estética visual.

Ya dejé de contar los años que conozco al artista y fotorreportero Ramón Pacheco Salazar; los dos trabajando a la par en el periódico Girón y admirando siempre su evolución en los caminos de la estética visual.

Porque este hombre, nacido en Ranchuelo el 30 de agosto de 1954, hijo de Conrado y Carmen Rosa, el mismo que llegó un día de Villa Clara a estos predios yumurinos, “cada día está mejor” como dice el refrán.

Ello lo corrobora su primer gran premio en el Salón Nacional de la Gráfica de la UPEC, con apenas una veintena de años, cuando reflejó a una joven miliciana en una maniobra de tanques del Ejército Central, sus continuas becas internacionales y lauros en certámenes y exposiciones aquí y en naciones como Alemania, España y Estados Unidos, así como el premio de las Artes Visuales Por la Obra de la Vida 2022, conferido por la Unión de Escritores y Artistas en Matanzas.

Muchos han seguido paso a paso su trayectoria, por lo que decidí abordar en mi entrevista conceptos de su visión artística conjugada con la intuición del periodista, qué se siente, en sus imágenes a lo largo de este tiempo tan complejo que ha vivido el país para obtener, en mi opinión, un mensaje intelectual de elevada manufactura.

“Nunca he clasificado a la fotografía; para mí, la buena fotografía, si tiene una lectura, un recorrido visual, un juicio ideológico, será capaz de trasmitir una idea, un sentimiento.

“Mis conocimientos técnicos y estéticos no llegaron solos. Fue mi afición de niño y adolescente. Después, he estudiado a grandes fotorreporteros del mundo, como el cubano Osvaldo Salas, el brasileño Sebastián Salgado, y de ellos profundicé en el ensayo fotográfico, que es hacer un libro que relate o diga una historia a gran escala visual. Lo interioricé y empecé a irradiarlo hacia las galerías.

“Hay un artículo del crítico de arte Juan Antonio Molina, que identifica mi trabajo como el del primer cubano que ha llevado en las últimas décadas el fotoperiodismo al arte.

“Esto quiere decir que cuando salgo a trabajar y veo a unos campesinos en sus labores, hago un reportaje profundo con una historia que exprese una idea. Es ir más allá de una foto para el periódico, al construir un relato.

“No puedo decir cuál mes gusta más. Lo principal es que trasmita una emoción, un momento de complicidad intelectual entre el autor y el receptor, y lo extiendo a las fotos personales, como las bodas y los quince, tan populares en Cuba, que pueden culminar en un ensayo”.

¿Cuántas veces ha recibido becas internacionales? Creo que ha sido el que más las ha recibido en esta provincia.

“He sido seleccionado para varias becas y talleres especializados en la Fototeca Nacional y en diversos países. La primera en el exterior fue en 1998 por la Fundación Ludwig de Cuba, en la cual en Alemania presenté un ensayo sobre el Período Especial y cómo el pueblo sobrevivió a las carestías de esa etapa, gracias a su dignidad y defensa de nuestra soberanía. Lo interesante es que aún no lo he culminado, pues trabajo mediante carpetas que se generan a partir del tema central.

“He captado momentos trascendentes en el deporte, la cultura, detalles patrimoniales, pero la figura humana es la que más me atrae” .

Pacheco ha sido reconocido por abordar artísticamente el desnudo femenino cuando muchos no se atrevían. Entonces, le pregunto si el paisaje no es de su preferencia.

“Así es, aunque uno de mis últimos premios fue el titulado ‘Paisaje de un apagón’, que expone una vista de la ciudad de Matanzas, en esa circunstancia”.

¿Consideras misión del artista reflejar la realidad del país?

“Sí. Pienso que no puede existir un artista ajeno a su tiempo, claro cuando es objetiva esa apreciación y no está manipulada, ningún artista debe estar distanciado de su pueblo.

“Sabemos que el cerebro humano es muy amplio, por eso existe la ideología. El que está comprometido con su pueblo, debe exponer lo que observa para que las futuras generaciones sepan cómo se vivió en determinado período. La crítica subsiste ante lo mal hecho o el abandono por algunas circunstancias, pero sobre todo expreso la resistencia del pueblo cubano a superar las adversidades y seguir adelante con la Revolución.

“Me muevo entre personas que me quieren, que me llevan sus trabajos fotográficos y eso me reconforta. No concibo mi arte en otro país. Mis temas surgen aquí: el vivir de la población, la rumba y la religiosidad popular en un patio o solar, la pasión por la pelota, la veneración por nuestra cultura y raíces patrimoniales, y eso es Cuba”.

Ante mí, Pacheco. Tiene el don de hacerme reír recordando una anécdota de épocas pasadas, esa persona que también se ha sentido triste con la pérdida de un ser querido o los “no” que se presentan ante un proyecto creativo, frente a los cuales muestra su rasgo más preciado: el optimismo.

“Hay que buscar variantes ante las dificultades materiales que puedan afectarnos subjetivamente. Admiro cuando el trabajo en equipo de los artistas visuales matanceros permite realizar eventos tan grandiosos como las Bienales, las grandes exposiciones, este mismo Fotonoviembre, recién finalizado, con la participación de tantos invitados, en un año difícil como el 2022”.

Una larga vida inmerso en un complejo engranaje, donde se entreteje en sus fotos más artísticas, el matiz periodístico, informativo de la imagen.

¿Posee propósitos incumplidos este artista del lente y de instantes perpetuos?

“Me falta estudiar más en mi campo y, sobre todo, expandir mis conocimientos, abrirme a los futuros artistas que se forjan en Matanzas. También en el perfil de la prensa y la publicidad, donde hay empirismo, porque sí pienso que sería oportuno que se conozcan los diversos enfoques interpretativos de los más experimentados, para así contribuir a la formación de los nuevos talentos, de manera tal que quede una huella de todos nosotros en ellos”.

De igual forma, el artista ha creado su familia, con dos hijos y una nieta, sus hermanos y cuñadas, los tíos, algunos en Villaclara, otros en esta ciudad, así como amigos entrañables en varias provincias.

«Fue posible con mi papá y solo pude tener a mi lado a mi madre, hasta que falleció. He educado a mis hijos en que hay que estudiar y trabajar para alcanzar las metas en la vida. Yo estudio mucho las técnicas visuales e informáticas hasta la madrugada y quien quiera aprender, estoy a su disposición, como hicieron conmigo en el perfil periodístico: Celestino García, Guillermo Miró, Wilfredo Ajión y otros profesionales del periódico Girón, así como los periodistas del sector cultural y deportivo.

«E igualmente colegas en el mundo del arte y quiero destacar a Emerio González, Sergio Roque, Agustín Drake, que me alimentaron con su visión estética, para llevarla al final a la fotografía”.

Son pasajes del sentir y de la trayectoria de Ramón Pacheco Salazar, un creador con dos perfiles altamente apreciados por su connotación social e histórica, patentes dentro del universo visual de esta provincia inmersa en la amalgama cultural de la nación cubana.

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