25 de abril de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

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Primero de Mayo: el legado de una masacre

Otra vez mayo inicia con una Cuba vestida de bandera, reluciente con las sonrisas de su pueblo y afanosa de perfeccionarse, crecer y continuar con el legado de sus próceres.
May Day Workers International day

Mayo regresa a nuestras vidas y el júbilo por la connotación de la primera de sus jornadas se hace palpable desde el ocaso de abril. El masivo desfile de rojos, azules y blancos ondea cual bandera sobre las calles cubanas y una estela de satisfacción destella luz en los rostros de quienes ponen en el trabajo el corazón que latirá por el bienestar y progreso de su país.

Para entender el por qué de la celebración hemos de regresar en el tiempo hacia finales del siglo XIX, cuando imperaban jornadas laborales exhaustivas desde las 10, 12, 14 y hasta 18 horas en un elevado número de países. En Estados Unidos comenzó a gestarse un movimiento para reducir la jornada de trabajo a ocho horas, demanda que llegó al IV Congreso de la American Federation of Labor, efectuado en noviembre de ese año.

Con el fracaso de las gestiones ante las autoridades gubernamentales y patronales para establecer las ocho horas de trabajo, se acordó efectuar un movimiento de huelga general, cuya fecha sería el primero de mayo de 1886. La lucha de los obreros por una de sus más importantes reivindicaciones tomó entonces a la fecha por primera vez como referencia.

Trabajadores de más de cinco mil industrias norteamericanas materializaron la huelga que generó concesiones, despidos y represión policial, así como una potente campaña de la prensa burguesa en contra de las masas proletarias, calificando sus intereses como una “tentativa de comunistas y vagabundos para violar el orden social”. El primero de mayo de 1886 estalló la huelga en Chicago y la masiva manifestación fue reñida por los patronos y la fuerza pública desatando una brutal contención con seis huelguistas asesinados y decenas de heridos y detenidos como saldo.

Tres días después, como respuesta a esos hechos, los líderes obreros de Chicago convocaron a un mitin en el Haymarket Square. Sin embargo, lo que inició de forma pacífica tomó un rumbo sangriento cuando la policía respondió con disparos a la multitud y una bomba que explotó en esos instantes puso fin a la vida de ocho agentes y centenares de militantes proletarios fueron encarcelados.

Sin pruebas fueron acusados de asesinato y tras un arbitrario proceso judicial, el 11 de noviembre de 1887 fueron ejecutados Albert Parsons, Adolph Fischer, August Spies, George Engels y Oscar Neebe. Otro de los condenados a muerte Louis Ling, se suicidó en la prisión mientras que a Samuel Fielden y Michael Schwab se les conmutó la pena por cadena perpetua. A las víctimas de esta brutal masacre se les conoce entonces como los Mártires de Chicago.

En Cuba, tras el triunfo revolucionario de 1959 y convocados por Fidel los trabajadores protagonizaron un concurrido homenaje a los caídos en Chicago y a la laboriosidad, responsabilidad, disciplina y productividad de un pueblo pequeño, pero evidentemente tenaz y dedicado a su soberanía política y económica. Otra vez mayo inicia con una Cuba vestida de bandera, reluciente con las sonrisas de su pueblo y afanosa de perfeccionarse, crecer y continuar con el legado de sus próceres.

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