La literatura de los antecesores en la memoria de los matanceros
Recordando a personalidades de la Atenas de Cuba constituye un nuevo espacio de lecturas de obras escritas por renombrados intelectuales matanceros, bajo el auspicio del Centro provincial del Libro y la Literatura y organizado por la escritora Isolina Bellas Galbán.
Isolina, miembro de la UNEAC desde hace más de 30 años, es una de las voces más reconocidas en la urbe de los ríos y puentes, quien en reciente entrevista para este medio comentó acerca de su trayectoria literaria:
“Mi primer libro fue en 1986, titulado Las voces de lo que amo, por Ediciones Matanzas. Es un cuaderno primario, de invocación a la vida, hay poemas que recuerdo con cariño: unas cuartetas inspiradas en José Martí; los llamados Cuando digo amor se hace la aurora y Hojas, sobre el otoño, y otros de tema romántico. Incluía algunas décimas que me interesaban, como a muchos poetas matanceros, porque ese género brilla aquí en esta provincia.
“Después escribí unos cuadernos para niños, pero el más entrañable para mi es Cercana lumbre. Consiste en una obra que dediqué a mi padre, utilizando las fotografías que él hizo de esta ciudad que tanto amaba.
“Era español, pero quería esta tierra como su segunda patria y decía que nunca se iría y de esa forma fue; es su esencia, una especie de poesía visual. Quería hacer algo conjunto con mi padre y el editor y poeta Alfredo Zaldívar lo entendió y conformó un cuaderno con la inspiración de Isolino e Isolina.
“Hay imágenes de puentes, parques, edificios, paisajes, de la familia y en una especie de contrapunto expreso el dolor que subjetivamente me causó la pérdida de mis padres; hay poemas fuertes, amargos, reflejos de la soledad que me persigue…
“¿Libros publicados? La mayoría son de niños por las editoriales Gente Nueva, Matanzas y Vigía; poseo poemas antologados en el país y en el exterior; mucha poesía inédita.”
En su obra se aprecia la influencia de los espacios y el tiempo. Sobre este sentimiento me dice:
“A veces siento que el pasado me envuelve y lo esquivo, pero es difícil, sobre todo cuando las situaciones no son felices, vamos al pasado e invoco el arraigo de aquellos momentos de amor familiar.
“El paso del tiempo me domina y embarga el cuerpo, como si desatara el alma del espejo, porque existen huellas invisibles en senderos de humo. Aparece también en mis últimos poemas, en que abordo el presente y escribo textos largos, que después no logro memorizar”, me dice sonriente.
Recordando a personalidades de la Atenas de Cuba, en el presente mes, se dedicará a las dos figuras claves: Carilda Oliver Labra, Premio Nacional de Literatura y la eminente poetisa y pedagoga Digdora Alonso.
