14 de noviembre de 2025

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Mi último encuentro con Armando Capiró

En ocasión de la exaltación al Salón de la Fama Palmar de Junco, en 1922, de Armando Capiró Laferté, tuve la posibilidad de entrevistarlo para la prensa matancera. Aquí les dejo este recuerdo imborrable, de uno de los grandes bateadores del béisbol cubano.

En ocasión de la exaltación al Salón de la Fama Palmar de Junco, en 1922, de Armando Capiró Laferté, tuve la posibilidad de entrevistarlo para la prensa matancera. Aquí les dejo este recuerdo imborrable, de uno de los grandes bateadores del béisbol cubano.

El anhelo del destacado jugador capitalino Armando Capiró Laferté, de visitar el Palmar de Junco de Matanzas, para ser exaltado al Salón de la Fama, se hizo realidad este miércoles 30 de marzo, al recibir el homenaje de la dirección del centro y su Comité Elector, además del abrazo de sus compañeros en la selección nacional Félix Isasi, Evelio Hernández y Fernando Sánchez.

“Ahora ya no me queda nada por hacer, estoy en el Palmar de Junco”, señaló emocionado Capiró a su arribo al histórico sitio en el que en más de una ocasión despachó sus enormes cuadrangulares.

El oriundo de Santiago de las Vegas, fue seleccionado este año para el mencionado Salón yumurino, pero no pudo asistir al acto de exaltación del pasado 20 de febrero ya que el transporte que lo trasladaba desde la capital sufrió una rotura y tuvo que regresar a su hogar. Es por esa razón que se determinó invitarlo en esta fecha, para develar en su presencia la tarja que perpetuará sus éxitos deportivos.

“Estoy muy contento por este gesto de los matanceros de seleccionarme entre los inmortales de nuestro deporte nacional, sinceramente, es algo muy importante en mi vida”, señaló emocionado.

Armando aparece entre los bateadores más recios que han pasado por Series Nacionales, Poseía fuerza y tacto a la vez ya que en 3 948 veces al bate su average fue de 298, conectó mil 177 inatrapables, de ellos 395 extrabases, recibió 496 bases por bolas (111 fueron intencionales) y solamente se ponchó en 348 ocasiones. Su hit mil, lo consiguió el 16 de enero de 1979, en el estadio Latinoamericano, frente al lanzador de Camagüey Lázaro Santana.

Debutó en 1965 con Occidentales y en su primera vez al bate conectó un jonrón ante el lanzador zurdo matancero Manuel Rojas que jugaba ese año con Centrales.

“Si no se me olvida aquel momento ante Rojitas. Un lanzador de mucho control y coraje al que le atrapé una de sus grandes curvas y le conecté el jonrón. Yo le bateaba muy bien a los zurdos”.

Pero como ocurre en el béisbol hay lanzadores que logran dominar a algunos bateadores más que a otros.

“Es cierto, mira siempre para mí fue muy difícil batearle a Omar Carrera, Yo no sé cómo se las arreglaba para anularme cada vez que nos enfrentábamos, al extremo que tuve un día, en medio de un juego que quitarme la gorra y decirle, ¡mis respetos, usted es mi papá!”.

Participó en seis campeonatos mundiales en los que promedió para 339 producto de 81 jits en 239 veces al bate, impulsó 60 carreras, anotó 63 y entre sus batazos hubo 11 jonrones.

También integró el equipo cubano a tres certámenes Panamericanos y tres Centroamericanos y del Caribe.

De los directores con los que estuvo en Series Nacionales señala a Servio Borges y Pedro Chávez, como los mejores, “aunque agradecí siempre a Pedro “Natilla” Jiménez, sus consejos y desde que era juvenil y me convirtiera en bateador y jardinero, porque cuando empecé en la pelota era lanzador”.

Del béisbol de su época y el actual reconoce la cantidad de buenos lanzadores de entonces: “ahora hay menos de aquel nivel, aunque hay que reconocer que también se juega con una pelota más viva”.

Ya después de su retiro como jugador, trabajó como entrenador en el hospital Psiquiátrico de La Habana, que tenía un tremendo equipo en las provinciales capitalinas.

Armando Capiró participó en el estadio Latinoamericano en el juego fraternal entre los equipos de Fidel y Chávez.

“Si, me reí mucho de las ocurrencias de ambos mandatarios. Chávez era buen lanzador zurdo, rememora, y como yo le bateaba bien a ellos y sobre todo por el centro del terreno, tuve cierto temor de golpearlo, pero no, todo salió bien”.

A la pregunta de si hubo alguna inconformidad de su parte por el trato recibido en su etapa de jugador declaró, “no lo creo, me siento muy contento por lo que hice como jugador y como ser humano, lo que me propuse en este deporte lo cumplí y con mucho honor representando a la Patria.

“La prueba de eso es que hoy soy muy feliz de formar parte de esta familia de los más grandes jugadores del béisbol cubano en este Palmar de Junco”, finalizó.

Por sus méritos, su nombre aparece entre los cien deportistas cubanos más destacados del siglo XX.

  • Tomado del perfil de Facebook del autor

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