3 de diciembre de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Matanceros en la Aurora de la Libertad

Hoy, al evocar aquel desembarco heroico, no podemos sino rendir tributo a estos hijos ilustres de Matanzas. Porque en cada paso que dieron por los pantanos de Las Coloradas, en cada disparo, en cada sacrificio, iba también el alma de nuestra provincia, rebelde y digna.

En la madrugada del 2 de diciembre de 1956, las aguas del oriente cubano fueron testigo de un suceso que cambiaría para siempre el destino de la nación. Desde el yate Granma, una embarcación modesta y sobrecargada, descendieron 82 hombres decididos a encender la llama de la libertad. Entre ellos, un puñado de valientes hijos de Matanzas, cuyas huellas quedaron grabadas en la historia con sangre, coraje y compromiso.

José Smith Comas, jefe del pelotón de vanguardia, fue uno de los primeros en pisar tierra cubana. Su temple y liderazgo lo colocaron al frente de los que abrían camino en la espesura hostil de la Sierra Maestra. A su lado, Horacio Rodríguez Herna, jefe de escuadra del primer pelotón, compartía la responsabilidad de guiar a los suyos en medio del lodo, el hambre y el fuego enemigo.

René Rodríguez Cruz, otro matancero de alma firme, se destacó por su entrega incondicional a la causa revolucionaria. Su legado fue tan profundo que, tras su caída, se le honró con el título de “el primer fidelista”, símbolo de lealtad sin fisuras al líder de la Revolución.

Y cómo no recordar a Universo Sánchez Álvarez, cuya voz retumbó en los montes orientales con una frase que se volvió emblema de resistencia: “¡Aquí no se rinde nadie!”. Aunque la historia se la atribuyó a otros, quienes lo conocieron saben que fue él quien la pronunció por primera vez, en medio del fragor del combate de Alegría de Pío.

También estuvo Humberto Huau Secades, habanero de cuna pero matancero por elección y entrega. Cayó en combate como jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en nuestra tierra rebelde, y su sangre abonó el camino hacia la victoria.

Junto a ellos, otros nombres brillan con luz propia: Luis Crespo Calvo, de Cárdenas; Humberto Lamothe Coronado; y Calixto García Martínez. Todos, sin excepción, partieron desde México con Fidel, llevando en el pecho la esperanza de un pueblo y en la mochila el sueño de una Cuba libre.

Hoy, al evocar aquel desembarco heroico, no podemos sino rendir tributo a estos hijos ilustres de Matanzas. Porque en cada paso que dieron por los pantanos de Las Coloradas, en cada disparo, en cada sacrificio, iba también el alma de nuestra provincia, rebelde y digna.

Así comenzó la epopeya. Así se forjó la historia. Y así, Matanzas estuvo —y estará siempre— en la primera línea de la libertad.

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