1 de mayo de 2024

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Carlos Manuel Trelles: el bibliógrafo matancero que mostró Cuba al mundo

Uno de los nombres que todavía estremece las salas de la Biblioteca Pública Provincial Gener y del Monte es el de Carlos Manuel Trelles y Govín. Sus aportes como bibliógrafo, destacado representante de las letras cubanas y revolucionario, lo convierten en referente obligado para las nuevas generaciones.

 

Uno de los nombres que todavía estremece las salas de la Biblioteca Pública Provincial Gener y del Monte es el de Carlos Manuel Trelles Govín. Sus aportes como bibliógrafo, destacado representante de las letras cubanas y revolucionario, lo convierten en referente obligado para las nuevas generaciones.

Y es que el matancero, nacido el 15 de febrero de 1866, es indiscutiblemente una de las figuras más importantes de la cultura cubana y también uno de los grandes defensores del patriotismo del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX.

Colaborador de la Aurora del Yumurí, Correo de Matanzas, Artes y Letras y Diario de Matanzas, Trelles fundó en 1886 el Círculo de la Juventud Liberal de la ciudad, que antes de ser disuelto por el gobernador acogió a oradores como Fermín Valdés Domínguez, Antonio Zambrana y Manuel Sanguily.

Y en su inquietud de fundar y amar también crearía después en Matanzas una delegación del Partido Revolucionario Cubano, creado por Martí en 1892. Todo eso le valió persecuciones y dolores, como el de tener que abandonar su tierra para refugiarse en Tampa; aunque allí tampoco dejó de luchar y fundó el Club revolucionario Pedro Betancourt con el propósito de recaudar fondos para la causa independentista.

Fue tras su regreso a Cuba, a su amada Matanzas, que luego de ocuparse de algunos negocios azucareros trabajó como bibliotecario. Su impronta en la Gener y del Monte trasciende espacios y tiempos.

Sobre esta figura comenta la investigadora Caridad Contreras Llorca, licenciada en Historia del Arte, Bibliotecología y Ciencias de la Información, especialista de la Sala de Fondos Raros y Valiosos de dicha institución, a la valiosa labor revolucionaria de Trelles, se suma trabajo como director de esta institución, etapa de la que deja fabulosas memorias, así como un amplio movimiento del fondo bibliotecario y sus servicios.

“No solo se trata de un hombre culto, no solo es el grandísimo bibliógrafo cubano, sino también un estudioso con una serie de pensamientos relativos a la educación, al papel social de las bibliotecas, que esclarece el objetivo de dicha institución pública y en estos años es capaz de desplegar una labor tan patriótica como la que había hecho anteriormente, al recopilar todo lo que se había escrito sobre Cuba fuera del país, entre los siglos XVII y XVIII.

“Publica además, con rapidez vertiginosa, los ocho tomos sobre la bibliografía cubana del siglo XIX, una obra monumental, pues se trata de toda la bibliografía de una nación y está hecha por una sola persona y sin los recursos que tenemos ahora; tales estudios incluyen todas las ediciones realizadas en Cuba o fuera de ella, por autores nacionales”.

Designado además concejal de Ayuntamiento, la colaboración de Carlos Manuel Trelles en diferentes publicaciones de notable importancia de la época, su responsabilidad como delegado de la Cámara de Representantes, además de su participación como delegado por Cuba al Primer Congreso Internacional de Economía Social y al Congreso de Historia y Geografía de América, ambos en Argentina, sin contar los innumerables títulos y honores que recibió después a lo largo de su vida, hablan de la virtud y sapiencia de este matancero.

Como también señalara Contreras Llorca, sus esfuerzos constituyen el mejor modo de mostrar cuánto se había logrado en la nación cubana, a pesar de su condición de colonia, sojuzgada por una potencia mayor.

En los ocho tomos mencionados, por ejemplo, “no solo está recogida la labor literaria, sino también científica, pedagógica, de todas las ciencias sociales, exactas y aplicadas. Así mismo, continuó haciendo esa recopilación sobre los primeros años del siglo XX.  No hay mejor forma de decir este es un pueblo civilizado, que tiene cultura, que no solo maneja el machete, sino también el pensamiento, el idioma y el conocimiento.

“También se dedicó a hacer bibliografías especializadas como la biblioteca científica y la histórica, donde además de registrar autores y títulos, hizo anotaciones, comentarios sobre esos libros. Además, preparó la primera bibliografía de la raza negra, en la que demuestra los avances de ese grupo étnico en el país, tras la abolición de la esclavitud”.

La especialista destaca al mismo tiempo otros trabajos en los que recoge por ejemplo hechos de la historia del país y de Matanzas, como la guerra de independencia en esta región, e incluye, con exquisito detalle desde una batalla importante hasta una escaramuza.

Pudo haberse quedado en La Habana, por las funciones que allí desempeñó, pero siempre volvió a Matanzas. Sin embargo, Trelles no es solo importante para esta ciudad o para las bibliotecas, sino también es de las primerísimas figuras de relevancia para la nación, por compilar tanta información sobre Cuba y mostrarla al mundo, una genuina forma de hacer gala de ella.

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