La sonoridad de la metro Big Band en homenaje a Frank Fernández
Cuán emocionante puede ser la música cuando expresa amor y belleza, matizada por las palabras de solidaridad del prestigioso director, arreglista y compositor, Camp Kirkland, quien supo conjugar la excelencia de los instrumentistas de la orquesta de jazz Metro Big Band, de Nueva York, durante el homenaje al maestro Frank Fernández por su aniversario 80 y 65 años de vida artística, celebrado en la sala de conciertos José White de Matanzas.
Desde el inicio, la presentación del recital por la profesora María de los Ángeles Horta, vaticinó el obsequio, al referirse a la grandeza del pianista y compositor cubano y a la excelencia de la orquesta invitada con un repertorio de obras clásicas del jazz norteamericano.
La música irrumpió potente, armónica, llena del colorido de las piezas antológicas del jazz, inspiradas muchas en raíces afroamericanas, mediante una comunión que enalteció lo espiritual del género.
La peculiar manera de comunicarse con el público de Kirkland convirtió cada interpretación en un cálido intercambio de emociones donde predominaron sentimientos de amistad y veneración, pues la agrupación la integran relevantes músicos de diversos estados de la Unión, que pertenecen a congregaciones de importantes iglesias.
Como lo calificara la también virtuosa pianista Mary Horta: “el director Camp Kirkland, lleno de vigor y entusiasmo, fue llevando al auditorio de la mano, como hilo conductor, durante todo el espectáculo”.
Su afecto por Cuba y admiración por el maestro Frank Fernández se extendió con la potencia de la sonoridad musical de la Metro Big Band en un concierto artístico de alto vuelo.
