Magaly Bernal prefería actuar para los niños (+Audio)

A Magaly Bernal  habrá que evocarla muchas veces, allí detrás de los micrófonos del dramático, en las anécdotas de sucesos trascendentales como las honras fúnebres del guerrillero heroico, o en cada página de la historia de esta emisora. A Magaly Bernal habrá que volver siempre que hablemos del teatro, de la radio y de los niños.

Cada 12 de diciembre el mundo celebra el Día Internacional de la Radio y la Televisión a favor de la Infancia, y esta fecha en particular nosotros, los matanceros que la conocimos, pensamos en ella. Es inevitable evocar su voz en el personaje de la abuela Tita, esa que coloreó muchos de nuestros amaneceres y nos ayudó a crecer un poco más sensibles y humanos.

“La felicidad puedes encontrarla en la sonrisa de un niño en el trinar de un sinsonte, en los colores del arcoíris, en el vuelo de una mariposa, en el amor, en la amistad, en una caricia, en un beso”, esa fue la felicidad que Magaly Bernal dibujó siempre a los niños con su mágica voz capaz de remediarlo todo.

Nos contó pocos meses antes de partir hacia la eternidad, que a veces fuera de la radio se escondía para hacer las voces de sus personajes y que los pequeños la buscaran; y que en cierta ocasión fue de alguna manera la medicina para una niña con problemas de salud.

Amaba tanto lo que hacía y lo hizo siempre tan bien que terminamos extrañando su risa en el éter, sus consejos de maga traviesa capaz de interpretar hasta nueve voces en un mismo espacio, fueran novelas, campesinos o humorísticos.

Lo mismo en la locución de un noticiario, que en la interpretación de alguno de sus personajes infantiles, como La tía Magalys, el güije Tintineo, entre tantos otros, la actriz demostraba el mismo empeño. Y se esforzaba muchísimo como si cada  actuación se tratara de la primera, pero nunca ocultó que los programas infantiles eran sus preferidos.

“Trabajar para niños tiene otro encanto, otra dimensión”– confesó y quizás atrapada en el misterio de un público tan agradecido y sincero Magaly se convirtió en esa eterna niña que soñaba la radio para regalar a los más pequeños un mar de alegrías. Por eso vale la pena sentirla viva, aprender aún de cuanto nos legó. Sin lugar a dudas, a Magaly Bernal  siempre habrá que recordarla.