Una tierra más sana y productiva
La presencia de una llanura, cuyos suelos se consideran los más fértiles de Cuba y las valiosas informaciones que se derivan de las siete estaciones meteorológicas instaladas en Matanzas, hacen de esta provincia un sitio especial para el Manejo Sostenible de Tierras.
Esta práctica, dirigida a frenar la degradación de esos ecosistemas por tratamientos inadecuados como el monocultivo, el riego ineficaz, la deforestación y el uso excesivo de maquinarias y fertilizantes químicos, junto al comportamiento anómalo de las variables climáticas, exige que productores individuales y cooperativista posean un conocimiento óptimo de las propiedades endógenas de cada finca o terreno a cultivar.
Ahí se incluyen elementos como el tipo de suelo, la influencia de la radiación solar, el viento y la frecuencia de lluvias, entre otros fenómenos meteorológicos que intervienen directamente en la actividad agropecuaria del área.
Igual de importante es la selección de las especies de plantas y animales que mejor se adapten y desarrollen en el lugar y el empleo de métodos como la lombricultura, el composteo y la rotación de cultivos, para enriquecer los suelos.
Son técnicas que a corto, mediano y largo plazos permiten elevar la calidad de la tierra e incrementar los rendimientos agrícolas con producciones sostenibles, la conservación del medio ambiente y la protección de recursos hídricos.
Resultados que se traducen además, en disminución de las importaciones y aumento de las exportaciones de alimentos procedentes del campo, ahorro financiero y mayores ofertas en el mercado nacional, incluidos sectores alto demandantes de ellos como Educación, Salud y Turismo.
El Manejo Sostenible de Tierras es una herramienta que cada día se emplea con más fuerza en el mundo por las potencialidades que le brinda al programa alimentario, la economía local y nacional, así como al entorno natural.