Aún recuerdo la primera vez que vi Diario de una pasión. Yo era la típica adolescente que perseguía cintas melodramáticas, por lo que la historia de amor entre Allie y Noah me sedujo desde el inicio. Disfruté el romance de los jóvenes que llegan juntos a la vejez, tras lidiar con diferencias de clases, oposiciones, una guerra y, además, con el Alzheimer.