Celebraciones por una ciudad de 331 años (+ audio y fotos)

Este 12 de octubre, en el Salón de los Espejos del teatro Sauto, se desarrolló la tradicional sesión solemne, a la que asistieron las máximas autoridades del territorio y una representación del pueblo matancero para celebrar el 331 aniversario de la ciudad.
Durante la asamblea se entregó la Distinción 330 Aniversario de la Fundación de San Carlos y San Severino de Matanzas a 10 personalidades quienes, en diferentes esferas de la vida matancera, han aportado y aportan al desarrollo de la provincia, mientras que otras 10 recibieron el Símbolo de la Ciudad. Asimismo, tres artistas asentados en la urbe merecieron la distinción de Hijo Adoptivo y tres matanceros la de Hijo Ilustre.
En sus palabras, el Historiador de la Ciudad, Ercilio Vento Canosa, se refirió a algunos momentos importantes del devenir de la urbe y resaltó la singularidad de la matanceridad, un fuerte lazo de identificación, pertenencia y amor por esta tierra de poetas.
Luego de la Asamblea Solemne en el coliseo yumurino, la Plaza de la Vigía acogió Ofrenda a la ciudad, un espectáculo a primera vista sencillo pero que, con representación de todas las manifestaciones artísticas, empleó un impresionante conjunto de simbologías para mostrar, hermosa y coherentemente, elementos que distinguen la cultura matancera y su importancia en el contexto nacional.
Bajo la dirección de Yadiel Durán Bencosme, actuaron, entre otros, la intérprete Lucelsy Fernández; la compañía Danza Espiral, con la Maestra Lilian Padrón al frente; el Coro de Cámara de Matanzas, comandado por el Maestro José Antonio Méndez Valencia; la cantante Olga Blanco y, de manera muy especial, el grupo Nuestra América, con dos intervenciones que resultaron joyas dentro del gran cofre artístico que resultó la propuesta cultural.
Durante cerca de 50 minutos los presentes fueron testigos de una gala en la que se conjugaron un elegante, mas no atiborrado, sentido estético y el talento de nuestros creadores, cuyo resultado, amenizado también por la música de Marta Valdés con La ciudad que le faltaba al mundo, en voz de Lázaro Horta; el poema El nido vacío, de José Jacinto Milanés, declamado por el actor Iván García y el infaltable Canto a Matanzas, de Carilda Oliver Labra, mereció cada uno de los minutos de espera por el inicio de la presentación debido a la lluvia y la explosión de aplausos que inundó el más importante enclave patrimonial de la urbe yumurina.
Durán Bencosme había anunciado que sería esta una propuesta diferente a las que había asumido con anterioridad y sobrecumplió las expectativas con una selección representativa de creadores, el apoyo de muchísimas personas e instituciones y un producto artístico fresco, sugerente, respetuoso de la tradición cultural y colorido sin dejar de ser sobrio y atractivo para los espectadores.
Otros elementos igualmente representativos de la identidad de esta tierra se unieron para elevar la distinción del espectáculo. Desde los balcones del Sauto, el sonido de la campana del teatro abriendo y cerrando las actuaciones, el baile armonioso y conjugado de representaciones de Yemayá y Oshún como la unión de todas las aguas que surcan y rodean a la Atenas de Cuba y el audiovisual en el que algunos de nuestros artistas ofrendan un girasol a la urbe y sus habitantes, matizaron de matanceridad una noche de celebración por la ciudad que le faltaba al mundo.
Fotos: Félix González