Emigrar no es la respuesta

IlustraciÔn tomada del periÔdico Escambray.
La emigración cubana continúa siendo un fenómeno complejo que impacta profundamente en nuestra sociedad. En el contexto actual, marcado por presiones externas y desafíos económicos, el Estado cubano ha reconocido la magnitud del éxodo y ha adoptado medidas para atender sus causas inmediatas.
Se han flexibilizado requisitos migratorios como la eliminación de la carta de invitación para viajar a Estados Unidos y el aumento del límite de equipaje para quienes parten. También se han reabierto consulados estratégicos, como el de Costa Rica, para facilitar rutas más seguras.
Sin embargo, los medios oficiales insisten en que la raíz del fenómeno no puede abordarse únicamente desde la logística. La emigración masiva, especialmente de jóvenes, responde a una asimetría entre las expectativas de vida y las condiciones actuales del país. El 68 por ciento de los migrantes tiene menos de 40 años, muchos de ellos profesionales calificados que el país
necesita para su desarrollo.
Desde Cuba hacemos un llamado a la conciencia, especialmente a nuestra juventud. La travesía migratoria, aunque a veces idealizada, conlleva riesgos reales: tráfico humano, violencia, muerte. No es un camino fácil ni garantizado.
El país necesita de sus jóvenes para construir un futuro mejor. Las reformas económicas y sociales están en marcha, y aunque los tiempos son difíciles, el compromiso con el bienestar colectivo permanece firme.
La emigración no debe ser la única salida. Apostemos por el diálogo, la participación y el trabajo conjunto para que Cuba sea un lugar donde los sueños se alcancen sin tener que partir.