Ilustres educadores cubanos: Félix Varela Morales
Estamos en la Jornada del Educador en Cuba y es menester evocar la memoria viva de cuatro ilustres educadores cubanos de todos los tiempos.
El método científico es el principal éxito introducido por Varela en la enseñanza, al considerar que la educación y que el ideal positivista de entonces resolverían las contradicciones del liberalismo clásico. Razonó que el liberalismo clásico no puede desarrollar el interés individual sin afectar al interés colectivo y que este problema se resolvía con educación.
Varela practicaba la libertad. Siempre la encaminó para pensar y educar, aún respecto a la Iglesia, en su condición de protectora del escolasticismo, que no estimulaba la investigación y la síntesis de las ideas. También sostuvo que la individualidad debía encaminarse hacia la existencia virtuosa.
Expresó en su día que “El educador debe vivir constantemente en esa búsqueda del conocimiento para poder ilusionar a sus alumnos hacia ello”. Los educadores deben ellos mismos desarrollar su autonomía intelectual, hacerse cargo de su propio aprendizaje y fomentarla en sus estudiantes.
Fundó el primer periódico independentista cubano, El Habanero. Fue Diputado a las Cortes de Cádiz en 1821, en representación de Cuba, defendió el derecho a la autonomía de los territorios americanos y propuso la abolición de la esclavitud en la Isla y la modernización de la enseñanza.
Refirió que en el proceso docente-educativo de profesionales competentes, la política cultural y educacional contemporánea de Cuba en el nivel superior debía asegurar en los educandos conocimientos, motivaciones y recursos personológicos, porque a estos correspondía resolver problemas en diferentes contextos, con vistas a transformar la realidad sobre la base de una actuación acorde con los requerimientos de su tiempo.
Con la fundación del Seminario de San Carlos y San Ambrosio en 1774 comenzó la renegación de la escolástica al colocarse la enseñanza sobre la base de la experiencia y el conocimiento de la naturaleza. Los profesores tenían libertad para redactar los textos e impartir su propia doctrina, por ello se abrió el camino a la revolución gnoseológica, filosófica y pedagógica que desde las aulas del Seminario llevarían a cabo ilustres maestros cubanos de aquella época.
Varela, convencido de que la juventud era la esperanza de Cuba, de su salvación patriótica, le dedicó a ella sus cartas. La historia demostró que el filósofo no estaba errado y las generaciones sucesoras que llevaron a cabo las luchas emancipadoras tomaron como bandera su ideal de justicia social. Félix Varela y Morales fue el maestro que nos enseñó a pensar.