Roberto Faz, elegancia y talento
Honrar al artista reglano Roberto Faz, en el aniversario 110 de su natalicio (este 18 de septiembre), es celebrar el legado de una figura ineludible del arca patrimonial.
Se trata de un extraordinario intérprete que dominó ampliamente diferentes géneros nuestros como el son, la guaracha y el bolero, cuyos testimonios aparecen recogidos en más de 400 grabaciones que nos dejara, como paradigmas de la buena música cubana.
Dueño de esa inconfundible voz, con una afinación impecable, a Faz se le recuerda, sobre todo, como un sonero aclamado por los bailadores, tanto en las presentaciones públicas con el Conjunto Casino, como posteriormente con Roberto Faz y su conjunto.
Tanto fue así, que quien popularizara el sabroso son de Píntate los labios, María fue de los pocos que tuvieron el privilegio de compartir el micrófono con Benny Moré en el escenario del Ali Bar. Faz, al igual que el Benny, tuvo una esmerada producción en torno al bolero, faceta que en estos momentos revierte un significado especial en el espectro musical de nuestro país.
Si a menudo podríamos llegar a sentirnos agobiados por la promoción de algunas canciones que están marcadas por una decadente calidad artística, como si estuviera hecha a la medida para quienes solo les interesa divertirse y no les preocupa ni siquiera el empleo de un lenguaje soez, escuchar los Mosaicos de Roberto Faz representa un verdadero oasis en medio del desierto de la vulgaridad y del facilismo.
Concebidos a modo de los capítulos de una serie, estos popurrís de boleros fueron grabados indistintamente con un número que los identifica. Cualquiera de estos Mosaicos, ya fuera el No. 10, con los boleros Cuando tú me quieras-Cosas del alma-Comprensión, o el No. 7, conformado por los temas Si me pudieras querer-Plazos traicioneros -Contigo en la distancia, no solo reverencian la preferencia de Faz por el rango del lirismo en compositores clásicos de la canción cubana, como Ignacio Villa y César Portillo de la Luz, sino que constituyen una especie de clase magistral acerca de cómo abordar la interpretación de un bolero desde la mayor elegancia.
El exquisito tratamiento melódico y armónico de estos mosaicos está estructurado bajo la sutileza de un gusto supremo que los incita a querer ser disfrutados una y otra vez, a lo largo de toda una vida.
Recordemos hoy a este artista que prestigió nuestra cultura, que le cantó, con toda hermosura, al amor y a la belleza.