Fidel, la cultura y la soberan{ia nacional
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El concepto de Fidel Castro Ruz sobre la diversidad cultural como componente esencial de la soberanía, es basamento de la estrategia de la Revolución en estos años convulsos y críticos, por lo que su desarrollo y preservación asume rigores de exigencia en un mundo globalizado, donde se trata de imponer un único modelo cultural.
A la arrogante actitud de los imperios, que constituye una limitación al derecho a la identidad cultural como individuos y como naciones, se antepone el pensamiento de nuestro Comandante en Jefe, quien expresó que el pueblo que olvida su cultura, sus raíces y su historia es vulnerable ante la agresión de los grandes medios de comunicación pertenecientes a aquellos que persiguen una dominación universal.
El máximo líder de la Revolución trazó una política que se ha mantenido a pesar de las serias limitaciones económicas que vivimos desde hace décadas. Y cito este concepto esencial.

“La Revolución no puede pretender asfixiar el arte o la cultura cuando una de las metas y uno de los propósitos fundamentales de la Revolución es desarrollar el arte y la cultura”.
Por lo cual se han adoptado a lo largo de estas décadas medidas que benefician a los artistas y escritores cubanos y estimulan que su espíritu creador encuentre mejores condiciones para desarrollarse, sin subestimar la necesidad de elevar la capacidad de apreciación del arte, así como el acceso del pueblo a la cultura.

Y dijo Fidel, a quien evocamos en el aniversario noveno de su desaparición física: “Vamos a llevar la oportunidad a todas esas inteligencias, vamos a crear las condiciones que permitan que todo talento artístico o literario o científico o de cualquier otro orden pueda desarrollarse (…) Vamos a librar una batalla contra la incultura; vamos a despertar una irreconciliable querella contra la incultura, y vamos a batirnos contra ella y vamos a ensayar nuestras armas”.
Y lo cumplió. Y es motivo de vida, espiritual y permanente, para los cubanos de todas las generaciones.
