Ivette, más que cantar, encanta

Este viernes fue el segundo de los dos conciertos que ofreció Ivette Cepeda en el teatro Sauto, de Matanzas; pero no fueron los únicos. La intérprete aprovechó para regalar canciones cada vez que tuvo la oportunidad y el hospital Faustino Pérez fue escenario de otra presentación inolvidable.
Consulte además: https://www.radio26.cu/destacadas/ivette-cepeda-deja-un-canto-de-fe-en-hospital-faustino-perez-fotos/La de ayer en el teatro, inmejorable. Comenzó con unos minutos de retraso, pero valió la pena la espera. Luego de la tercera campanada se abrieron telones, luz tenue en platea, ambiente minimalista.
Reflexión comienza a tocar y aparece ella, elegante, sencilla y a la vez espléndida. Vestida de rojo, con esa voz que tan exacta le queda a este coliseo (a cualquier lugar en realidad), desde el centro del escenario llega a todos los rincones del edificio, y el espacio físico queda pequeño para la vibrante energía que alcanza a cada uno de los espectadores y comienza a desbordarse por las ventanas abiertas.
“Celebramos hoy aquí el aniversario 64 de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba; celebramos que el arte nos une y que, en medio de esta tormenta en la que estamos todos, hay algo que hay que mantener porque la luz más importante es la del corazón”, dijo a los presentes la intérprete.
Ivette manifiesta y defiende su creencia como impulso de vida. Desde esa fe dedicó mensajes positivos de igualdad, de hermandad y amor entre todas las personas. Para quienes comparten su credo también hubo momentos míticos, cuando las descargas eléctricas ocasionaron la caída de una fase (solucionado rápidamente por los técnicos de la institución), mientras el sonido tras los relámpagos se unió a la dramaturgia del espectáculo y la naturaleza pareció responder a las plegarias de la artista.
La selección de un repertorio excelente y la empatía de la cantante unida y la facilidad de comunicación aprehendida durante sus años como maestra, le aportó el extra a una presentación que muchos añoraban en Matanzas, exactamente dos años después de su última presentación en la urbe yumurina, precisamente en el Sauto.
Consulte además: https://www.radio26.cu/noticias-de-matanzas/cultura/varadero-josone-cerro-en-matanzas-a-teatro-lleno-audio-fotos-y-video/
No importó la lluvia, los desmanes cotidianos en esta parte del mundo, la tarde se colmó, durante dos espléndidas horas, de canciones de Silvio Rodríguez y Joaquín Sabina con arreglos exquisitos, de energía buena y un grupo que parecía crecerse en integrantes regalando sonidos y acordes que iban in crescendo para llegar, junto a la potente voz y esa manera en que Ivette hace suya cada composición, al alma de cada uno de los espectadores.
Se escucharon canciones como Esta noche contigo, Peces de ciudad, Contigo, Ojalá, La maza, Quién fuera y Alcé mi voz, perteneciente a su disco País, de 2013, para concluir, “a capella” por un corte eléctrico, con La tarde, de Sindo Garay.No se llenó de personas el Sauto, tampoco el día anterior. La situación actual muchas veces pone a elegir entre si alimentar al cuerpo o al alma, pero los que allí estuvieron disfrutaron tremendamente de una oportunidad que, según anunció la artista, “se repetirá en noviembre, durante un homenaje a Marta Valdés”.
Ivette subyuga desde las primeras notas. Le pone el corazón a cada letra, a cada tono. En Matanzas se sabe dueña del cariño y la admiración de la gente, afecto que ha merecido desde la humildad, la nobleza y su excelencia artística.
En Matanzas, en el Sauto, escenario amado para muchísimos artistas cubanos y extranjeros, ella reafirmó lo que ya sabíamos y sentíamos. Cuando, desde el centro del escenario, conquista cada espacio físico, emocional y espiritual, Ivette, más que cantar, encanta.
Fotos de Ernesto Cruz