«La fiesta de Pelusín» y su encanto (+fotos)
Así, en cada función de La Fiesta de Pelusín, el Teatro de las Estaciones desafía la fugacidad del instante para consolidarse en el imaginario colectivo. La atmósfera vibrante y serena de la Plaza de la Vigía se encierra en este acto artístico, donde el teatro se convirtió en una cuestión de identidad y memoria, y donde la magia de los títeres sigue siendo el faro inmutable que ilumina el camino de la cultura popular.

En el corazón eterno de Matanzas, la emblemática Plaza de la Vigía se transformó en un escenario sin tiempo, donde la tradición y la modernidad se fundieron en un solo latido.

La función nace como una poética conjunción de luces y sombras que recorrió cada rincón de la plaza, convirtiendo sus adoquines en el testigo silencioso de un espectáculo que desafía al calendario. En la intimidad de este espacio histórico, los títeres –con la gracia y picardía propias del arte popular– dialogaron con el público, reviviendo historias que, como el rumor del viento entre los árboles, se han transmitido de boca en boca a lo largo del tiempo.




