21 de septiembre de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

La voz que jugaba con el piano

Desde los cines silentes de su villa natal hasta los escenarios de París y Nueva York, Bola de Nieve llevó consigo la esencia de Cuba, la mezcla de lo culto y lo popular, lo dramático y lo jocoso.

En septiembre de 1911 nació en Guanabacoa un hombre que no cantaba, decía; que no tocaba el piano, conversaba con él. Ignacio Villa, bautizado por Rita Montaner como Bola de Nieve, fue mucho más que un músico, fue un espectáculo en sí mismo.

Su voz grave, a veces áspera, parecía contar secretos mientras sus dedos tejían melodías sobre las teclas. No importaba si cantaba en español, francés o inglés, el sentimiento era universal.

Ay amor”, “Drume Negrita”, “Si me pudieras querer”… cada canción era una escena, un gesto, una carcajada contenida.
Desde los cines silentes de su villa natal hasta los escenarios de París y Nueva York, Bola de Nieve llevó consigo la esencia de Cuba, la mezcla de lo culto y lo popular, lo dramático y lo jocoso.

Su arte no cabía en moldes. Era irrepetible.
Hoy, al recordar su natalicio, no basta mencionar fechas. Hay que cerrar los ojos y escucharlo, porque Bola no solo interpretaba canciones, las vivía. Y en cada nota deja aún pedazo de su alma.

Murió lejos de casa, pero su música sigue regresando. Como él, que siempre volvió por sus pies, orgulloso, a su Guanabacoa querida. Porque hay voces que no se apagan, solo esperan que alguien las vuelva a poner en el tocadiscos de la memoria.

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