Los muchachos del Parque. Un viaje al pasado revolucionario de Matanzas

Leer es, sin duda, uno de los mayores placeres para quienes amamos los libros. Cada obra, por pequeña que sea, guarda enseñanzas y momentos que nos invitan a reflexionar y a disfrutar. Este domingo tuve la oportunidad de releer un pequeño libro que me transportó a una época fascinante de la historia cubana: Los muchachos del Parque, escrito por Rodovaldo Vera Andreu y publicado en 2002 por Ediciones Matanzas.
Este libro, de apenas 38 páginas, me atrapó desde el primer momento por varias razones. En primer lugar, porque revive una época muy especial: la Cuba pre-revolucionaria, un período que muchos de nosotros recordamos.
Además, el autor recrea con maestría el ambiente que rodeaba al Parque de la Libertad, un lugar emblemático para todos los que vivimos en Matanzas. Era un sitio de encuentro, de conversaciones y de sueños compartidos.
Pero lo que hace este texto aún más especial es que entre sus páginas encuentro nombres de personas que conocí y admiré. Desde el editor, el poeta Juan Luís Hernández Milián, hasta el Doctor Arnaldo Jiménez de la Cal, quien no solo escribió el prólogo, sino que fue uno de los protagonistas de aquella época. También aparece Herácleo Lazco, un periodista y compañero de trabajo cuyo valor y dedicación al Movimiento 26 de Julio siempre me inspiraron.
El libro narra la participación activa del estudiantado matancero en las conspiraciones contra el régimen de Fulgencio Batista. Para quienes conocemos el Parque y sus alrededores, es como retroceder en el tiempo y vivir aquellos años de la década de los 50. El autor logra plasmar en palabras el espíritu de lucha y la esperanza que caracterizaron a esa generación.
Uno de los aspectos que más me llamó la atención fue la mención a Radio Matanzas, la génesis de lo que hoy es Radio 26. El propietario de la emisora, «Cuco» Zayas, era conocido por su lema: «No estamos con el gobierno, ni con la oposición». Él luchaba con el filo de la lengua y su emisora fue la única en Cuba comprada por el Movimiento 26 de Julio al triunfo de la Revolución.
En sus páginas también descubrí historias de personas que conocí, pero cuyos méritos desconocía hasta entonces. Es el caso de los Arestuches, una familia que visitaba con frecuencia y cuya participación en aquellos años revolucionarios me dejó profundamente impresionado. Son esos héroes silenciosos, aquellos que actúan por convicción sin buscar reconocimiento, quienes realmente inspiran.
Para quienes tengan la oportunidad de leer Los muchachos del Parque, les aseguro que no se arrepentirán. Es un libro que no solo nos transporta al pasado, sino que también nos invita a reflexionar sobre el valor de la lucha y la amistad.