Premio White por la Obra de la Vida a pianista y compositora
María de los Ángeles Horta recibió el Premio White por la Obra de la Vida, que otorga la filial de músicos de la UNEAC en Matanzas para reconocer la labor y trayectoria de personalidades de la Cultura, instituciones, asociaciones y fundaciones dedicadas a promover los valores estéticos de la música cubana.
Durante la gala, celebrada en la Sala de Conciertos José White, la pianista y profesora recibió el agasajo de los creadores, autoridades y el pueblo matancero. “Estoy muy feliz y emocionada. No por conocido deja de sorprender; uno nunca piensa que merece estos reconocimientos, aunque acumule ya 60 años trabajando.
“Han sido muchas altas, muchas bajas, mucho trabajo sin parar con el doble vínculo como solista y profesora y por eso ha sido muy gratificante recibirlo. Vengo de una familia de músicos en la que mi mamá es mi inspiración porque ella dedicó 58 años a formar nuestra bella Escuela de Arte.
“Este premio marca un momento importante en mi vida. Yo estaba viviendo en Guayaquil donde trabajaba en una universidad y regresé a Matanzas hace diez años porque uno siempre vuelve al sitio donde amó la vida, como dijo Mercedes Sosa.
“Tuve que reinventarme, trabajar muchísimo, sin parar y cuando veo que se reconoce mi esfuerzo no me queda más que agradecer inmensamente a los matanceros que tanto amo, a esta ciudad de puentes, de ríos, de poetas y de músicos que siempre nos abriga y nunca nos abandona. Matanzas me abrazó y volví crecer”.
En la edición vigésimo quinta estuvieron nominados además, el trovador Tony Ávila; Bienvenido Quintana, director de orquesta y profesor y Alejandro Falcón, pianista y compositor, quien interpretó dos de su icónicas obras dedicadas a Matanzas para el público presente: Danzando entre Puentes y Monserrate.
Actuaron también el quinteto de viento Atenas Brass Ensemble, que fue reconocido por su décimo aniversario, la bailarina y coreógrafa Lilian Padrón, quien protagonizó el homenaje dedicado a la compositora Marta Valdés, José Ángel Medina y Camila Araújo, alumnos de segundo y cuarto grado en la Escuela Profesional de Arte, merecedores recientemente de importantes lauros en certámenes internacionales, y Conchita Torres, quien mereció el premio La Bella Cubana, como reconocimiento a su extraordinaria labor por el desarrollo de la música desde Matanzas, en especial su defensa de la música campesina.
“Recibo este premio como una gran y hermosa sorpresa porque nunca me lo imaginé. Cuando gané el White sí lo supe con antelación, pero ahora no sucedió así.
“En él está la obra de toda una vida, la esencia de los 65 años de vida artística que cumplo el próximo 2025, mis logros, mis fracasos, porque la enseñanza de la vida también contiene reveses, mi devoción por la cultura, mi pasión por mi arte, por mis cantos, por mi música guajira que he cantado en el mundo entero.
“Tengo el privilegio de ser una de las cantantes matanceras que ha viajado por muchos países y me mantengo aquí; tampoco me he ido para La Habana, voy y vengo, pero nunca he querido abandonar a Matanzas porque ella me retroalimenta en mi trabajo, me ayuda a vivir, me da fuerza para seguir.
“También es un reconocimiento de mi pueblo de tantos años y un compromiso a continuar, a hacerlo bien, dignamente. Nunca estoy conforme con lo que hago, siempre trato de hacerlo mejor”.
Asimismo, los matanceros enaltecieron a la Maestra Hilda Elvira Santiago por el reconocimiento anual por la Obra de la Vida, que otorga la Asociación de Músicos de la UNEAC a nivel nacional; Carmelo Marrero, en representación de la agrupación que dirige, recibió el homenaje dedicado a la Sonora Lira Matancera por sus 100 años de trayectoria artística, mientras que el cantante y compositor Alfonso Llorens lo hizo por sus 55 años de vida artística y 35 de carrera profesional.
Fotos: Félix González