8 de noviembre de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

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Un templo a la memoria escénica cubana desde Matanzas

La Casa de la Memoria Escénica, miembro de la Red Iberoamericana de Archivos de las Artes Escénicas, se nos transforma cada día en un templo para adorar y proteger el patrimonio, un faro que ilumina el camino de las artes escénicas matanceras, o lo que es lo mismo, de la cultura cubana.

“Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”.
Jorge Luis Borges

Andaba medio extraviada entre papeles amarillentos, carcomidos por trazas y polillas, polvorientas fotografías, carteles y catálogos olvidados en cajones. Estaba desterrada, condenada ante el peligro de mi peor enemigo acechándome: el olvido amenazaba con destruirme por la dejadez y la indiferencia a la que me condenaron.

Cuando creía que no existían más caminos posibles que desaparecer, aquellos hombres y mujeres hicieron realidad la feliz idea de preservarme porque, ¿qué hacemos con el tiempo y la memoria si no tenemos dónde guardarlos? Fue en el año 1994, el 29 de abril, cuando bajo la denominación de Centro de Información e Investigaciones de las Artes Escénicas de Matanzas volví a la vida.

Los recuerdos retornaron con la fuerza de la palabra viva en conferencias, talleres y conversatorios; los saberes afloraron nuevamente en cada anaquel habitado por libros; los sentimientos recuperaron el palpitar de antaño cuando vi a esos guardianes seleccionar, desempolvar, clasificar y organizar la papelería, videos, archivos de audio; la relatoría de sucesos, imágenes e ideas comenzó a encontrar su curso desde sus buenas manos y su compromiso de salvarme.

¡Cuánto ha cambiado este lugar desde entonces! Siempre en busca de optimizar espacios, agrupar buenos momentos de disfrute y conocimiento, equilibrar energías, hacer de este un remanso de cultura y reverencia.

La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados. Por eso, poco a poco, luego de seis años aquel lugar fue rebautizado como Centro de Documentación e Investigaciones de las Artes Escénicas Israel Moliner Rendón, con una nueva concepción, objetivos y presupuestos metodológicos acordes a las necesidades y siguiendo los estudios de referentes internacionales.

Luego trasladaron mi parte física de lugar. Mi nuevo sitio de residencia se ubicó en el inmueble marcado con el número 28007 de la calle Milanés. Muchos recuerdos se acumulan allí, acciones a favor de la cultura cubana, de la escena nacional en especial, muchas personalidades visitaron estos predios y se enamoraron de la labor que aquí se dedica a resguardar el patrimonio, la identidad, nuestra esencia.

Y poco a poco el centro se convirtió en hogar, mi hogar hasta que, en el año 2011, sus más acérrimos defensores, unidos por el amor al patrimonio, una historia de vida hermosa y una hija que motiva cada paso de su tránsito por la existencia, decidieron llamarlo Casa porque, qué más parecido que esto al espacio acogedor donde encontramos refugio y abrigo, el sitio que hemos adaptado a nuestro carácter, ritmo, intereses y costumbres, aquel que atesora nuestros mejores y peores pensamientos, los sueños cumplidos y la utopías que nos impulsan, los secretos, tristezas, añoranzas y alegrías, el verdadero yo que nunca se presentará tan real como puertas adentro.

Entrar en la casona de la calle Milanés abre ante tus ojos un mundo colmado de conocimientos, de historia, nombres y fechas imprescindibles para nuestra identidad cultural. Desde la tranquilidad que se transpira allí, la sonrisa con que te reciben sus trabajadores, el trato deferente a quienes acceden al local, la información pertinente y la oportunidad de aprender, percibes el buen gusto y el respeto por doquier.

Si a eso se le suma el compromiso que asumen en el cuidado del patrimonio, con una rigurosidad impecable y una entrega que deslumbra, no puedes menos que admirar a cada uno de los que allí, día a día, se dedican a la noble labor de enaltecer la historia desde la protección.

Pero el sueño no termina de crecer. Ahora también desde una cafetería y el Museo de Esculturas en Madera de la Dramaturgia Cubana, único de su tipo en Cuba, en sus tres décadas de vida la Casa se ha convertido en un dinámico centro cultural de la urbe yumurina. Su archivo es fuente imprescindible para estudiosos, historiadores, estudiantes y creadores del universo de las artes escénicas que necesiten adquirir información, desarrollar algún tipo de búsqueda de datos y referencias.

La Casa de la Memoria Escénica, miembro de la Red Iberoamericana de Archivos de las Artes Escénicas, se nos transforma cada día en un templo para adorar y proteger el patrimonio, un faro que ilumina el camino de las artes escénicas matanceras, o lo que es lo mismo, de la cultura cubana.

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