El buque zozobra y para muchos no encuentra puerto

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Desde pequeño escucho hablar de los múltiples logros del deporte cubano. Innumerables son las alegrías que nos regalaron las Morenas del Caribe; cuántos vivieron asalto tras asalto cada pelea de Savôn o Stevenson; cuántos no corrieron junto a Juantorena, jugaron con Mireya Luis o se elevaron junto al Soto.
Hoy se ve lejos tener resultados como esos en el deporte. En los más recientes eventos nuestros deportistas no cumplen con los pronósticos. En el reciente Campeonato Mundial solo se logró cosechar tres preseas de bronce, la peor actuación histórica desde 1974.
En palabras de Rolando Acebal, jefe principal de la escuadra de boxeo de nuestro país, el mal resultado obedece a la falta de confrontaciones internacionales y el poco roce de nuestros pugilistas con peleadores foráneos. Las escuadras de voleibol parecen un espejismo de lo que un día fueron y cada día distan más de la élite a nivel mundial.
El potencial está porque contamos con varios atletas contratados en las mejores ligas del mundo, pero no logra darse ese salto de calidad que nos devuelva al lugar que un día tuvimos. El deporte no está ajeno a los avatares que laceran la vida del cubano. Nuestros deportistas enfrentan carencias, falta de confrontación internacional.
Si cada día contamos con más profesionales que se gradúan de las universidades con investigaciones destinadas al deporte , ¿por què no ponerlas en práctica? Si la estrategia que estamos desarrollando no nos da los resultados esperados, ¿por qué no cambiarla?
En un mundo cada vez más digitalizado y donde la tecnología se pone en función del desarrollo, no podemos vivir alejados de la realidad, ni con los métodos de entrenamiento de hace varias décadas atrás, porque el deporte, como la vida, es dialéctica y va en constante avance.
Algunas problemáticas que afronta nuestro sistema deportivo es la imposibilidad de comprar implementos deportivos necesarios para un desarrollo correcto de la disciplina; los requerimientos alimenticios no llegan a suplir las necesidades.
La aplicación de la ciencia en materia del deporte con herramientas como la suite de inteligencia artificial, los programas de análisis de rendimiento y la constante persecución a la que se ven expuestos nuestros profesionales, lastran los resultados.