Enriquecimiento y reforestación del bosque: una mirada desde San Miguel de los Baños

Cándido Prieto Vasallo, integrante de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Nicomedes Nodarse, impulsa un proyecto que denomina Enriquecimiento y reforestación del bosque, con el propósito de aprovechar racionalmente los recursos forestales y garantizar la sostenibilidad del entorno natural.
“¿Por qué el proyecto? Porque de esa forma aprovecho el árbol que ya está maduro, el que se puede utilizar en el bosque, que no va a crecer más. Ese lo sustituyo por otro maderable y así el bosque se renueva. Ese tratamiento se llama ordenamiento forestal o silvicultural y es lo correcto”, explica Cándido.
Desde su experiencia, considera que mantener árboles listos para la cosecha sin darles uso adecuado constituye una pérdida.
“Esos árboles se caen, se secan, se pudren y es un recurso que la sociedad deja de aprovechar. No se trata de un beneficio personal, sino de un aporte social, porque la madera es necesaria para la construcción, encofrados, puertas, ventanas, tarimas… Hasta las maderas menos nobles tienen uso”, comenta.
Además, el proyecto incluye un componente agrícola y frutal: “Voy a destinar un área para frutales, tengo agua por gravedad y aunque las áreas son pequeñas, servirán para el autoconsumo y un poco más. En dos años esas plantas ya estarán produciendo y eso también es un recurso que necesita la sociedad. Todos vemos la escasez de frutas; si cada productor siembra, las cosas mejoran”.
Cándido reconoce que la demora en la aprobación del proyecto está relacionada con su condición económica: “Yo tengo que asumir los costos. A medida que aproveche la madera y mejore mi economía, podré reinvertir lo ganado para seguir reforestando y ampliando áreas productivas”.
El proyecto se desarrollará por etapas: aprovechamiento de madera madura, reforestación con especies maderables y frutales, y empleo racional de subproductos forestales como el marabú, que puede usarse para la producción de carbón.
Su finca, llamada San Lázaro, abarca 33,5 hectáreas, de las cuales 26 están en explotación y se encuentra ubicada en el área de San Miguel de los Baños, territorio donde el patrimonio forestal posee un alto valor para el país.
“Es un bosque natural que quiero mejorar y fomentar. Dentro de los frutales se pueden sembrar cedros, caobas y en otras áreas aprovechar el marabú. Todo tiene uso, lo importante es hacerlo correctamente”, concluyó.