La bancarización avanza en Matanzas: ¿realidad o espejismo?

La bancarización digital en Matanzas muestra avances notables en cifras, pero la experiencia cotidiana invita a mirar más allá de los números oficiales y preguntarse si estos progresos realmente benefician a la población.
En 2025 se han emitido más de 31 mil 150 tarjetas magnéticas y seis mil 700 Multibanca, alcanzando las 578 mil tarjetas en circulación en la provincia.
Se reportan 8,6 millones de operaciones electrónicas en los últimos meses, movilizando más de 20 mil millones de pesos.
Cerca de mil 700 establecimientos ofrecen el servicio de Caja Extra para retiro de efectivo y se han realizado más de 770 ferias para promover el uso de plataformas digitales como Enzona y Transfermóvil.
Preguntas clave: ¿A quién benefician estos avances? ¿Más tarjetas, más facilidades?
El aumento en la emisión de tarjetas no siempre se traduce en mayor bienestar. Con el déficit de efectivo y la negativa de muchos actores económicos a aceptar pagos digitales, quienes no logran acceder a efectivo enfrentan mayores dificultades para comprar productos y pagar servicios. Aunque el servicio de Caja Extra se ha expandido, para muchos matanceros acceder a efectivo sigue siendo un reto diario, lo que limita el impacto positivo de la digitalización.
Las ferias y campañas de promoción digital son valiosas, pero la resistencia cultural y los problemas técnicos (conectividad, falta de códigos QR, apagones) dificultan la adopción masiva de los pagos electrónicos.
Muchos comercios y trabajadores por cuenta propia continúan priorizando el cobro en efectivo, en parte por desconfianza y en parte para eludir controles fiscales. La conectividad inestable, la ausencia de infraestructura digital y la práctica de aceptar transferencias solo a tarjetas personales perpetúan la informalidad y la evasión fiscal.
A pesar de los avances, la calidad de vida de la población no mejora de forma tangible, pues la digitalización no resuelve los problemas estructurales del acceso al dinero y los servicios.
En conclusión, la bancarización en Matanzas avanza en lo técnico, pero su impacto real se ve limitado por barreras culturales, técnicas y económicas. El desafío está en transformar los logros estadísticos en beneficios palpables para la vida diaria de los matanceros.