¿Festividad o consumismo?
Cada 24 de diciembre llega la Navidad, una de las celebraciones más importantes de la tradición cristiana en honor al nacimiento de Jesús, junto a la Pascua de resurrección y la Pentecostés.
Muchos de sus fieles critican en lo que se ha convertido esta festividad en manos de la sociedad capitalista, donde impera el consumismo de bienes materiales sin contemplar la solemnidad que conlleva la importante celebración. Afirmación que puede ser válida o incorrecta según el punto de vista desde el cual se analice el fenómeno.
Desde la primera posición, se encuentra que en la sociedad moderna se celebra como una fiesta secular, donde millones de personas no cristianas y de otras religiones aprovechan para compartir entre familiares y amistades regalos y una velada que refuerza sus lazos afectivos. En un contexto donde el mercado de consumo se pone en servicio de ofertar los elementos materiales necesarios para llevar a cabo dicha festividad.
Por otra parte, se observa la evolución natural de una festividad que trasciende a la comunidad cristiana para ser una fiesta popular universal señalada en el calendario para el mes de diciembre junto al fin de año, pues si en tradiciones se refiere, no sólo los cristianos tienen ceremonias de esta índole durante este mes.
En el solsticio de invierno muchas culturas realizan rituales religiosos encaminados a ser de importancia simbólica para ellos, como las Saturnalias, en la Antigua Roma; el Yule, entre los nórdicos, o Jánuca, entre los judíos. Incluso entre los propios cristianos se celebra el advenimiento del niño Jesús en distintas fechas.
Esto ocurre al no tener un registro histórico exacto que señale una fecha definitiva. Tal elemento es así que con el estudio de lo plasmado en el nuevo testamento y observaciones astronómicas y sus consecuentes cálculos el físico alemán Johannes Kepler en 1603 determinó que el hijo de Dios nació en el año siete antes de nuestra era.
La línea temporal que se usa actualmente se establece por el propio nacimiento de Jesucristo, contradecida por el descubrimiento de Kepler. Así, se deja ver que en los tiempos modernos la navidad propicia el consumo de bienes materiales para su festejo, lo que no pierde ninguna solemnidad, pues la esencia de compartir entre los familiares y más allegados no se ha perdido a lo largo de la evolución de esta festividad.