2 de mayo de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

La foto que me devuelve a Celestino

Ahora descubro de nuevo la foto que me devuelve a Celestino, la que capta el rostro de buena gente y hombre sabio que muchos ya me habían dibujado. La miro e intento imaginar a un hombre que no conocí personalmente, pero en el que siempre hallaré un ícono de la prensa, un buen amigo.  
El periodista Celestino García Franco, primero de izquierda a derecha, fue uno de los miembros del jurado del Primer Simposio de Periodismo Científico que organizara la UPEC en Matanzas. En el centro, Esteban Lazo, y a la derecha, José González Rivas.

Julio se vuelve una fiesta para los profesionales de la prensa, aunque las metas no dejan de ser más altas y el sueño de servir a los demás sigue siendo el principal asidero. Julio avanza y en medio del festejo me encuentro entre los libros una foto del Primer Simposio de Periodismo Científico, organizado  por la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en Matanzas, una foto donde estaba Celestino.

Celestino García Franco, sí, estaba allí como lo eterniza la instantánea, junto a los otros periodistas que se encontraban ese día en el jurado al lado de Esteban Lazo Hernández, entonces primer secretario del Comité provincial del Partido.

Uno de los más brillantes profesionales del periodismo matancero  no podía faltar a aquella cita, la primera de su tipo en el país, en la que se abordaron temas como las Redacciones culturales en medios de prensa provinciales, según rememora la periodista María Elena Bayón, autora de dicha ponencia.

37 años después la UPEC todavía convoca al gremio y Celestino García Franco sigue siendo referente para todas las generaciones que ahora integran la organización. Su celo por la palabra exacta, su olfato de reportero y su periodismo veraz constituyen escuela para quienes se acercan a este oficio.

Defensor incansable de las causas justas, el luchador de la clandestinidad, Frank Garcel o el “Cele”, como también lo reconocerían luego de convertirse en el eterno enamorado del periódico Girón, trazó la ruta que debían seguir los futuros graduados.

Periodista las 24 horas, digno y tenaz, dispuesto a defender lo que sentía con valor y convicción, lector incansable, cronista por excelencia, maestro de reporteros, ingenioso titulista, sus compañeros encontraron en él un indiscutible paradigma.

En la casa de la UPEC Celestino García halló la cobija perfecta durante aquellas interminables tardes de dominó y justo allí, por esos azahares no tan casuales del destino, cada año se entrega el premio de un concurso provincial que lleva su nombre.

Como confesara su colega Maritza Tejera, a quien Roberto Vázquez llamó “la hija de Celestino”: “Cele es uno de los mejores periodistas que ha tenido Matanzas en las últimas décadas. Escribía y lograba encantar al lector, de forma que lo que empezabas a leer, lo terminabas. Todos deberíamos tratar de imitar su disciplina -porque jamás llegaba tarde, ni faltaba-; de imitar su profesionalidad, porque cuando terminaba algo, era lo mejor; de imitar su entrega, porque él vivía para el periodismo”.

Recordarlo a propósito del 60 aniversario de la Unión de Periodistas de Cuba es una forma  de honrar su ejemplo, ese que deberíamos seguir todos los días; pero al mismo tiempo es la justificación ideal para agradecerle cuánto legó a este ejercicio.

La foto llegó a mis manos gracias a José González Rivas, el propio organizador de aquel evento y presidente de la UPEC matancera en el momento. Ya muchos me habían hablado del Cele en las numerosas entrevistas que comenzaban a dar vida a mi tesis de grado y lo admiré enseguida. Llegué a anhelar la suerte de quienes compartieron con él aquellas experiencias y aquellas llamadas por teléfono para preguntarle cualquier duda.

Ahora descubro de nuevo la foto que me devuelve a Celestino, la que capta el rostro de buena gente y hombre sabio que muchos ya me habían dibujado. La miro e intento imaginar a un hombre que no conocí personalmente, pero en el que siempre hallaré un ícono de la prensa, un buen amigo.

1 comentario en «La foto que me devuelve a Celestino»

  1. Gracias Jeidi, gracias por acordarte de mi Cele.¡Le debo casi todo lo que sé a Cele! A él, a Eugenio Díaz, el corrector de estilo de Girón, y a Aurora. No sé qué hubiera sido de mí sin ellos. Un día Roberto Vázquez empezó a decirme la hija de Celestino, no porque yo me acercara a su verbo, ¡qué más hubiera querido yo!, sino porque soy tan obsesiva como él, a lo mejor se me pegó de él… Ese ha sido el mejor halago que me han hecho en mis 48 años de carrera. Ni premios, ni medallas -los cuales agradezco y respeto mucho-, suplen la emoción de aquella frase de Vázquez. Cuando llegué graduada a Girón, Aurora me acogió en su Yumurí -lo mejor que me pasó-, y me pegué a dos viejos periodistas que me llevaron con mucha paciencia de la mano: Cele y Meño. Cuando los años pasaron y Cele se jubiló, cuando iba a reuniones o actividades, me pasaba la vida atenta de que no se cayera, porque él no veía ya muy bien y entonces Odalys Miranda me decía que ahora yo era la mamá de Celestino, jjj. ¡Cuántas veces he necesitado a Cele, hasta para que me diga «cómo echo una pelea» por algo!, jjj. Dondequiera que esté, me inclino y lo venero. Gracias, Jeidi, muchas gracias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *