5 de mayo de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

La mujer y sus reivindicaciones en el contexto actual

Actualmente disponemos de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). La Convención es un hito en los derechos humanos de la mujer y los aborda desde la infancia hasta la edad adulta.

Actualmente disponemos de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), de la que se derivan principios expresados en la Carta de Derechos Humanos, que influye en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Dichos principios fueron afirmados en la Conferencia de Viena sobre Derechos Humanos, en 1993. En la declaración y programa de acción de Viena se afirmó que los derechos humanos de las mujeres y las niñas son parte inalienable, integral e indivisible de los derechos humanos.

La Convención es un hito en los derechos humanos de la mujer y los aborda de modo integrador, en todas las esferas de la vida y en todo el ciclo de vida, o sea, desde la infancia hasta la edad adulta.

Sus artículos reflejan una visión única basada en la legislación internacional de derechos humanos, arraigada en que los derechos de la niña y de la mujer son inseparables. Se reconoce lo obvio que los derechos de las niñas son el derecho de las mujeres del mañana.

Este tratado es el resultado de más de 30 años de trabajo de las Naciones Unidas, especialmente de la Comisión de la ONU sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, creada en 1946 para darle seguimiento a la situación de la mujer y promover sus derechos, pero es sobre todo el fruto de las luchas y presiones ejercidas por el movimiento de mujeres para eliminar la discriminación de género y promover el respeto a sus derechos en condiciones de justicia y equidad.

En diciembre de 1979 la Asamblea General de la ONU aprobó la Convención que entró en vigor en septiembre de 1981, al ser ratificada por 20 países.

Cuba tiene la satisfacción de ser el primer país en firmar la Convención, en marzo de 1980, acción con la cual se comprometía ante el mundo a cumplir con unos principios que había comenzado a aplicar desde el triunfo de la Revolución en 1959. La ratificación tuvo lugar en julio de ese mismo año, el segundo país a nivel mundial.

Significativo destacar que es el instrumento jurídico internacional más refrendado en la historia.

Esta Convención no solo constituye una Declaración, sino un Programa de Acción. Si se analiza su contexto tenemos que el texto se concentra en tres aspectos fundamentales: en los derechos civiles y la condición jurídica y social de la mujer.

A diferencia de otros tratados se ocupa de lo que tiene que ver con la reproducción humana y es el único tratado sobre derechos humanos que aborda la planificación familiar. Al reconocer formalmente el papel que desempeña el referido documento, se amplía el concepto de derechos humanos, la cultura y la tradición en la limitación del ejercicio de la mujer de sus derechos fundamentales.

Existe un Comité encargado de velar por el cumplimiento de la Convención, integrado por expertas que representan las diferentes áreas geográficas, culturales y sistemas jurídicos.

Estas expertas nombradas por sus gobiernos son electas por voto secreto de los estados que forman parte de la Convención y deben cumplir sus funciones a título personal durante varios períodos. Cuba integra el Comité con una experta, miembro de la Federación de Mujeres Cubanas. Entre ellas fue elegida experta, recientemente, la Dra.C Yamila González Ferrer, vicepresidente de la Unión Nacional de Juristas de Cuba.

En este proceso ha jugado un papel fundamental la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), organización creada por voluntad de las propias mujeres y constituida oficialmente el 23 de agosto de 1960. La FMC ha sido y es un factor decisivo en la iniciativa, proposición y materialización de las leyes en beneficio de la mujer y la familia a lo largo de estas cuatro décadas y ha influido decisivamente durante estos años en que la legislación cubana contemple una perspectiva diferente de las relaciones hombre-mujer en la sociedad.

Elizabeth Perera Arencibia, estudiante de 2 do.  año de Derecho de la Universidad de Matanzas

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