Los días tras la victoria de Girón en la memoria de un miliciano
Noches interminables fueron las de abril de 1961 en aquel terreno cubierto de maleza, de pocos caminos y mosquitos insaciables, pero allí estábamos, el día 19, un grupo de jóvenes para vigilar la zona, reseñó Edilberto Lee Kim, miliciano que recuerda la epopeya de Playa Girón.
Pertenecía al Batallón 203 del barrio de Pueblo Nuevo en la ciudad de Matanzas, cuando nos movilizaron y trasladaron a la Ciénaga de Zapata para la persecución y captura de los mercenarios que quedaban en el territorio y que trataban de huir por los pantanos, rememoró.
Estuvimos una semana –precisó-, día y noche de guardia en aquellos parajes desolados y primados de frialdad al oscurecer, en un cerco organizado por dúos cada cierta distancia para controlar cualquier intento de escape o movimiento de los invasores.
A sus ocho décadas de vida destacó el combatiente, quien ya tenía experiencias en contiendas como la Lucha Contra Bandidos en la provincia de Matanzas y en el Escambray, que aquellos montes solitarios y cerrados, entre sus silencios y sonidos característicos le provocaron una de las impresiones más grandes de su vida, una sensación que aún no logra comparar con otras vivencias.
No tuvo combate directo, pero estuvo allí con 17 años frente a la misión asignada y cuando concluyeron con éxito la tarea, la dirección del país reconoció el desempeño del Batallón porque desde su posición contribuyó a garantizar el triunfo rotundo de la Revolución Cubana frente a las tropas invasoras organizadas por la Agencia Central de Inteligencia del gobierno de los Estados Unidos.
A 63 años de la victoria de Playa Girón, el pueblo cubano regresa a sus memorias para evocar uno de los hechos más gloriosos de la historia Patria, que pese a la agitación y estragos que ocasionó la batalla, significó la primera gran derrota del imperialismo yanqui en tierras de América Latina.
- ACN