Matanzas y sus retos por un mejor urbanismo
Por mucho tiempo las ciudades y zonas rurales han estado marcadas por la propagación de construcciones fuera del marco legal quebrantando reglas urbanísticas, arquitectónicas y de convivencia.
Estas infracciones han hallado justificación en el déficit habitacional que vive nuestro país y en el desconocimiento de las normas legales establecidas.
Y así en la actualidad , ya sea en zonas rurales o citadinas, cobran cada día mayor vigencia y se suman con naturalidad a la cotidianidad como uno más de sus atavíos.
Es visible en barrios de la ciudad de Matanzas todo tipo de ilegalidades urbanísticas, desde cambios de fachadas, rejas y ventanas por puertas en viviendas, hasta muros y escaleras en aceras que interrumpen el paso peatonal.
El respeto por la legalidad del orden urbanístico y territorial debe ser un asunto tratado desde la autoridad estatal y los órganos administrativos. Debe constituir una prioridad que cada instancia conozca y ejecute su rol con un objetivo común: mantener el orden o sustituirlo.
La solución no está en detectar las violaciones urbanísticas y constructivas, si no en erradicarlas y sobre todo, prevenirlas.
En este tema la ausencia del orden, la disciplina y la exigencia no solo nos exponen al peligro de sufrir accidentes, además propician la corrupción.
Urge hacer visible el orden territorial, urbanístico y arquitectónico del que hoy la ciudad de ríos y puentes carece en su totalidad, porque si dejamos que continúe el desorden, el mismo instaurará su dominación y nos obligará a convivir con él.