Servicios funerarios en crisis, ¿cómo proteger lo más sensible?
Cuba enfrenta una crisis generalizada, donde el bloqueo de EE.UU. sigue siendo un obstáculo innegable. Sin embargo, más que esperar soluciones externas, es hora de activar la inteligencia colectiva y redirigir esfuerzos, como hizo la URSS en la Gran Guerra Patria con su lema «Todo para el frente». Hoy, aunque no hay guerra, las dificultades económicas y sociales exigen priorizar sectores claves para la población.
Uno de los problemas más urgentes es el deterioro de los servicios mortuorios, un tema que impacta profundamente a las familias. Desde la escasez de flores para coronas —que obliga a comprarlas a precios abusivos— hasta ataúdes en mal estado, que incluso pueden abrirse durante los traslados. A esto se suma el parque funerario en ruinas: carros fúnebres con roturas, falta de neumáticos y demoras de más de diez horas para recoger a los fallecidos.
Esta investigación revela una realidad dolorosa: el sufrimiento de los allegados se agrava por fallas evitables. Por eso, el llamado es a adoptar medidas gubernamentales urgentes para proteger este sector. No se trata solo de infraestructura, sino de dignidad. Como sociedad, debemos exigir soluciones y, al mismo tiempo, aportar ideas desde la comunidad.
La unidad nacional es clave. Si bien el bloqueo persiste, hay espacios donde la gestión interna puede marcar la diferencia. Sensibilizarnos ante estos problemas y actuar —desde las autoridades hasta los ciudadanos— es el primer paso para transformar las secuelas de la crisis en oportunidades de cambio.
¿Cómo podemos contribuir? La respuesta está en no normalizar lo inaceptable y trabajar juntos por lo esencial.
