Fin de año: modernidad, tradición, cultura y juventud
Sólo restan unos días para que 2023 sea historia y con el adiós a estos últimos 365 días, los momentos más relevantes ocurridos en el año a punto de culminar.
Eventos políticos, culturales, deportivos, sociales y económicos han impactado la vida cotidiana de los cubanos, quienes el próximo domingo despedirán 2023 con la energía que les caracteriza.
Esta es la época del año en que usualmente cada quien desde el punto de vista individual, familiar, laboral y colectivo se traza nuevas metas, y espera con optimismo las 12 de la noche para marcar así el inicio de nuevas oportunidades.
Otro ingrediente imprescindible son los rituales que por cientos de años se han tejido alrededor de la llamada Noche Vieja y la llegada del Año Nuevo y que se relacionan con la aspiración de las personas de atraer la felicidad para lograr el anhelado bienestar.
Cuba no escapa de esas longevas tradiciones. Cada región de la isla tiene sus particularidades, pero lo que resulta casi invariable es la música y el menú criollo de la cena de fin de año, el momento más importante del día que reúne a la familia para compartir.
La llegada del primero de enero es el momento en el que todos los seres queridos se abrazan y besan, los vecinos se saludan, felicitan y trasmiten buenos deseos para de inmediato dar comienzo a las diferentes prácticas rituales.
Una de las costumbres más generalizadas es arrojar a la calle una cubeta con agua desde puertas, balcones y terrazas de las casas en señal de limpieza y renovación. Esta práctica simboliza que todo lo malo se va en el contenido de ese balde y se reserva lo mejor para el año que recién comienza.
También es común la «quema del Año Viejo», personificado con un muñeco alegórico confeccionado de paja y trapo.
Es un ritual que simboliza purificación para alejar la mala suerte o las energías negativas del período que termina, así como de transición, pues también celebra la llegada del Año Nuevo.
En los últimos años han retornado a los hogares cubanos costumbres decembrinas no tan autóctonas, sobre todo entre los jóvenes, quienes prefieren festejar el fin de año y la navidad acorde a los códigos de la modernidad.
En estos nuevos modos influyen el fenómeno de la colonización cultural, la difusión de las redes digitales e internet, aspectos sociales como la migración o económicos, como el auge de negocios privados, que introducen nuevas prácticas en el entorno de las festividades.
Así, cenas en el calor del hogar son sustituidas por una salida de pareja o familia, el tradicional menú se sustituye de acuerdo al presupuesto de la casa o simplemente se realiza una llamada para conectar con ese amigo o pariente que se encuentra lejos.
Selfis, disfraces de Santa Claus, fiestas temáticas, sustituyen la tradición de antaño, aunque no su algarabía ni los motivos para desear que 2023 sea un mejor año.
