25 de abril de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

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En la Mejorana, más allá de las discrepancias, la Patria se impuso

Por encima de divergencias de razonamientos, o afinidad por métodos organizativos, de La Mejorana los tres líderes salieron dispuestos a mantener una actitud de servicio a la independencia de Cuba.
La mejorana

Hoy se cumplen 128 años de aquel encontronazo histórico entre José MartíMáximo Gómez y Antonio Maceo, acontecido los días 5 y 6 de mayo de 1895 en las ruinas del ingenio La Mejorana, en el que afloraron discrepancias en torno a la conducción del proceso político-militar, en particular en lo relativo a las características de la República en Armas y la dirección y estrategia del Ejército Libertador.

En la polémica reunión entre los principales líderes de la recién iniciada Guerra Necesaria, uno de los temas de debate fue el rol de Martí en la contienda. Aunque todo parece indicar que Gómez y Maceo reconocían en él al principal líder político, este último lo incitaba a salir para Estados Unidos. Afirmó que sería de mayor utilidad en el extranjero, organizando los recursos y representando la beligerancia de los cubanos en la esfera política y diplomática.

Martí no accedió a esa propuesta. Al menos no con tal inmediatez. Defendió su determinación de estar en Cuba durante los primeros tiempos de la lucha emancipadora. Pretendía recibir el bautismo de fuego. Además de su sentido ético y patriótico, lo compulsaba la intención de dejar limpio su honor, pues en la fase preparativa de la guerra del 95 fue objeto de cuestionamientos por ser un ideólogo que nunca había escuchado el sonido de las balas en el campo de batalla. A su vez, aspiraba a dejar organizada institucionalmente la revolución; para ello debía estar en el territorio. De tal modo, se acordó que Martí permaneciera por un tiempo en la manigua, tras lo cual asumiría funciones en el exterior.

Otro punto de discusión fuerte fue sobre la estructura de gobierno que sería adoptada. Mientras el Titán de Bronce abogaba porque el gobierno lo ejerciera una junta de generales con mando, el apóstol defendía la existencia de una representación civil para la república.

Varios sucesos que antecedieron a este encuentro influyeron quizás en los desacuerdos e incomprensiones mutuas de ese día. Al aprobarse la Constitución de Guáimaro durante la Guerra de los Diez Años se subordinó el poder militar al civil, lo que a la larga sería perjudicial a la causa de la independencia.  También la abrupta separación de José Martí del llamado Plan Gómez-Maceo, en 1884, que concluyó con aquella misiva al veterano general dominicano en la que le reclamaba que un pueblo no se fundaba como se mandaba un campamento. Y otro suceso cercano en fecha a lo acontecido en aquella finca del oriente cubano que conspiró inevitablemente contra la calidad de la reunión fue el disgusto que le provocó a Maceo la decisión de subordinarlo a las órdenes de Flor Crombet en la llamada Expedición del Honor, que desembarcó por Duaba, el 1.o de abril de 1895.

Aunque en La Mejorana fueron varios los aspectos discutidos sin solución inmediata y que fueron aplazados  para una futura asamblea constituyente, de aquella difícil reunión salió el acuerdo del proyecto invasor y la utilidad de la salida de José Martí hacia el exterior, donde su labor sería mucho más provechosa para la causa independentista cubana, prevista para cuando se constituyera el  Gobierno, y el delegado del Partido Revolucionario Cubano  fuera electo presidente de la República de Cuba en Armas, lo que nadie dudaba sucediese.

Realmente, el 5 de mayo de 1895 hubo un choque de opiniones entre los tres grandes hombres de la Guerra del 95, a quienes, más allá de las discrepancias, los unió siempre un punto en común: Cuba y su independencia y a ese ideal subordinaron todo lo demás, incluido el orgullo.

Por encima de divergencias de razonamientos, o afinidad por métodos organizativos, de La Mejorana los tres líderes salieron dispuestos a mantener una actitud de servicio a la independencia de Cuba.

A 128 años de ese encuentro necesario para fijar los rumbos de una Guerra Necesaria, el pueblo cubano demostró hoy con “manos y corazón”,  en calles y plazas del país, la misma motivación e ímpetu por la defensa de una patria libre y soberana.

El martiano principio de que “la Patria es ara y no pedestal” refleja el camino difícil  por el que siempre vamos y la necesidad de continuar en estrecha unidad para edificar y construir la sociedad prospera y sostenible que soñamos.

(Con foto y datos tomados de Cubahora)  

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