5 de mayo de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Cuba recuerda a la Emperatriz del Danzonete

Donde se presentaba Paulina Álvarez los escenarios se llenaban y por esos años de la primera mitad del siglo XX la magia de su voz eclipsaba las transmisiones radiales diarias.
Paulina Álvarez

Su última actuación tuvo lugar en el programa de televisión Música y Estrellas con el tema Lágrimas negras.

Paulina Álvarez
Su última actuación tuvo lugar en el programa de televisión Música y Estrellas con el tema Lágrimas negras.

Cuentan que cuando el compositor matancero Aniceto Díaz se percató de que el son era el preferido de la gran mayoría, por allá por la década del 20, separó sus características principales y creó el danzonete, una variante del danzón en la que se incorporaban elementos del son.

Su primer tema, Rompiendo la rutina, sería interpretado por Paulina Álvarez. La cienfueguera, que ya había alcanzado el éxito en su carrera artística con Lágrimas negras, de Miguel Matamoros y Mujer divina, del mexicano Agustín Lara, recibió este tema instrumentado y arreglado especialmente para su tesitura.

Por aquella época eran más populares las voces masculinas, pero Paulina había dado ya sobradas muestras de sus facultades vocales y musicales; no en balde aquella composición de  Aniceto Díaz gozaría de tal aceptación que  terminarían por bautizarla como la Emperatriz del Danzonete.

Paulina Álvarez
Paulina Álvarez popularizó el tema Rompiendo la rutina, famoso por su estribillo: «Danzonete, danzonete, yo quiero bailar contigo al compás del danzonete…».

Sin embargo, su versatilidad le permitió incursionar en diversos ritmos cubanos como rumbas, boleros y guarachas, e incluso en algunos extranjeros de marcada complejidad de interpretación como el tango. Crear su propia orquesta y grabar con las más reconocidas firmas mundiales fueron otros de los logros que obtendría después, con mucha perseverancia y profesionalidad.

Donde se presentaba Paulina Álvarez los escenarios se llenaban y por esos años de la primera mitad del siglo XX la magia de su voz eclipsaba las transmisiones radiales diarias.

No incluía cualquier tema en su repertorio, no. Se distinguió por ser muy selectiva, pero también por su elegancia. Cuando cantaba, para la televisión, radio o incluso al aire libre y sin micrófono, hacía gala de su sólida preparación musical, asombrosa afinación y hermoso timbre.

Por eso muchos extrañaron su voz cuando se alejó por un tiempo de los escenarios y la agasajaron tras su regreso como si nunca se hubiera marchado. Por eso también el pueblo de Cuba lloró la partida de Paulina Álvarez aquel 22 de julio del año 1965 y todavía hoy la sigue recordando.

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