Aguas Varadero pierde un hombre esencial en la obra hidráulica

Aguas Varadero está cubierta por un manto gris, ha perdido al hombre que más sabía de la actividad hidráulica en Matanzas y al mejor de los seres humanos.

Hoy desperté con la triste noticia de la partida física de Guillermo, el autor de varias obras en la Península Hicacos, el mayor conocedor de las Plantas de Tratamiento de Residuales.

Sirva esta entrevista realizada en el 2022 para rendirle homenaje.

Un sello que marcó a Guillermo

Camina apresurado e inquieto, pero con paso firme. Conoce como la palma de sus manos el oficio, una labor que ha desempeñado por cerca de 60 años.

Para Guillermo Alejo López Hernández, un hombre que ama la actividad hidráulica, no existen barreras que le impidan ser un excelente profesional.

“El día que cumplí los 17 años comencé a trabajar en el sector de la construcción, eso fue en mil 959”-relata-, en el año 1964 empecé en la Empresa de Construcción de Obras Hidráulicas, siempre digo que desde ese entonces soy un trabajador hidráulico”.

Guillermo, a pesar de su condición especial, no dejó de superarse. En su empeño culminó el bachillerato en su natal Cienfuegos, poco después cursó la Ingeniería Civil y el máster en la especialidad de Hidráulica.

Desde su graduación en el año 1967 fue trasladado para desempeñar una función en la construcción de las presas La Coca y Zaza. Ya despuntaba como un gran proyectista en obras hidráulicas, un sello que lo marcó para el resto de su vida.

Entre sus proyectos más relevantes están las Plantas de Tratamientos de Residuales (PTR) en el balneario de Varadero, colosales obras que avalan su inteligencia y tenaz labor en la infraestructura de la hidráulica en Cuba.

“Estoy en Aguas Varadero desde el año 1995, después de permanecer por 17 años como Director Nacional de Inversiones del Instituto de HidroEconomía, que así se llamaba. Aquí he participado en todas las inversiones, especialmente en las PTR”.

Como preciado tesoro guarda los recuerdos de las frecuentes visitas del Comandante a la construcción de las micropresas y narra: “Fidel siempre fue muy respetuoso, aprendió a hablar conmigo, enseguida supo que yo lo entendía leyéndole los labios”.

Guillermo perteneció a las Milicias Revolucionarias, formó parte del batallón de la provincia de Cienfuegos en el año 1961, cuando la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos. Es militante del Partido Comunista de Cuba, posee la Medalla Armando Mestre, el premio Vida y Obra de la Ingeniería y lleva consigo la satisfacción de su cubanía.

Ahora me gustaría escuchar una de sus historias en el mar, que es su otra afición, me refiero a la de buzo.
Sonríe con picardía mientras mira sus manos, hace una pausa y dice: “Yo empecé a bucear en la bahía de Cienfuegos, cuando tenía 12 años, nunca he pescado solo y confieso que a mis 80 años todavía pesco submarino”.

Guillermo Alejo López Hernández tiene una condición especial, es sordo de ambos oídos desde los nueve años de edad a causa de la enfermedad conocida como paperas, siendo alérgico a un componente del antibiótico indicado para tratarla. La audición la fue perdiendo paulatinamente hasta la desaparición total.
Hoy goza de prestigio entre sus compañeros de labores, se reincorporó a trabajar tras su jubilación y según relata será hidráulico hasta el ultimo minuto de sus días.