Hay mañanas en que el olor a café no te deja escapar. Creo que más que una necesidad orgánica, roza con lo espiritual y lo identitario. Por ello, no importa con qué excusa: siempre hace falta otra colada.
Hay mañanas en que el olor a café no te deja escapar. Creo que más que una necesidad orgánica, roza con lo espiritual y lo identitario. Por ello, no importa con qué excusa: siempre hace falta otra colada.